El próximo 13 de abril, la República de Bolivia expondrá ante la Corte Internacional de Justicia, en La Haya, los fundamentos de la demanda que presentó el 24 de abril de 2013 para obligar a Chile a cumplir el compromiso acordado en el Tratado de 1904, que establece el libre tránsito hacia las costas del océano Pacífico.
Recordemos brevemente que Bolivia fue independizada de España por los ejércitos comandados por los generales Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, el 6 de agosto de 1825. La república nace con una extensión territorial enorme, aproximadamente el doble de lo que tiene hoy, pero con una población de poco más de un millón de habitantes, lo cual la colocó en una posición de extrema debilidad que motivó la pérdida de la mitad de su territorio. Los propietarios de minas, políticos y generales de extracción oligárquica manejaban la vida republicana. Los intereses del imperialismo británico por el salitre de Antofagasta, primero, y por el petróleo del sur, después, desencadenaron dos guerras fratricidas en América del Sur: la del Pacífico, en 1879-1883, de Chile contra Bolivia y Perú, y la del Chaco de 1932 a 1935, de Paraguay contra Bolivia. En ellas Bolivia perdió sus costas oceánicas y las tres cuartas partes de su territorio chaqueño. La cesión a Brasil del Acre amazónico en 1904 completó el desmembramiento del país.
Como es de suponer, grande ha sido el dolor ocasionado a los bolivianos por aquellas derrotas. Lo que impulsó un fuerte sentimiento reformador y antiimperialista. En 1952 una insurrección popular llevó al poder a Víctor Paz Estensoro, quien nacionalizó las minas de estaño, decretó la reforma agraria y el voto universal. Mas fue derrotado en 1964. En 1967 surgió la guerrilla del comandante ‘Che’ Guevara, la que, no obstante ser derrotada, conmovió a la sociedad boliviana. Son algunas las ocasiones en las que el pueblo boliviano ha demostrado su vocación democrática con gobiernos progresistas. Pero sin lugar a dudas, es Evo Morales, el líder indígena, quien se posesionó recientemente (enero 29), para cumplir su tercer mandato (2015-20), el que dirige el proceso revolucionario más importante que ha vivido Bolivia en toda su historia. Por supuesto, a su posesión no asistió la mandataria chilena.
Y es el gobierno de Evo el que reivindica el derecho de su país al acceso al mar. Ideal que intempestivamente se viabilizó con la suscripción de un memorándum de entendimiento con el presidente de Uruguay, José Mujica, a dos días de que concluya su mandato (febrero 26). El acuerdo otorga a Bolivia la vía que cubre los ríos Paraguay-Paraná, la cual llega hasta el río de La Plata y de ahí hasta el Atlántico. La hidrovía saldría de Bolivia, surcaría las aguas del río Paraguay, discurriría por el argentino río Paraná y por el río de La Plata, que comparten Argentina y Uruguay hasta alcanzar en el Atlántico el puerto de Rocha.
¡Hermosa expresión de solidaridad del excombatiente tupamaro José Mujica! Como lo fue también la del líder bolivariano Hugo Chávez Frías, cuando dijo: “Bolivia tuvo mar… Yo quiero bañarme en el mar boliviano”.
Ojalá que la Corte Internacional resuelva la controversia. No olvidemos que Latinoamérica fue declarada por la Celac zona de paz.