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El Telégrafo
Tatiana Hidrovo Quiñónez

Blablablá

01 de marzo de 2018

Aló, Euler. Ya sé que se murieron tus huesos. Yo estuve ahí, pero no los vi, los poetas son cosa rara, no son óseos; andan flotando con sus cuerpos de palabras, haciendo biblias melancólicas, descarnadas y premonitorias, “poesía difícil de roer”.

-Oye Euler, ¿me escuchas bien? Ya sé que no necesitas ni celular, ni WhatsApp ni nada, porque tienes oído de poeta inmuerto.

-Verás, te cuento, como fui al sepelio de tu inmortalidad y no vi tus huesos, salí a buscar tus Cochinones, Inutilmanía, Delicatessen; en fin, tu Acabose, tu Lado flaco, y entonces, impávida leí, releí, recontra leí, como escuchándote decir en sonido escriturado: “No hay componte / a tu Ecuador se lo llevan en andas los / ladrones”.

“Porque blablablá / la productividad y las ganancias, / el desarrollo y la tecnología, / la siembra del petróleo, / ‘estamos sentando las bases / de una sociedad más justa, / nos estamos sacrificando por la patria’. … blablablá”.

“De qué soberanía / de qué patria, / de qué servicio al pueblo, / de cuál independencia, / de qué conciencia cívica, /de qué heroísmo, / de sacrificios cuántos, / de qué ‘fuerza del cambio’, / aquí tan solo cambia / el nombre de los muertos. / Nos conmueven, / nos van hacer llorar / con su burda y untuosa cantaleta. / No nos ahoguen antes de hora / que estamos hasta el cuello / con sus frases genéricas / … Nunca. / nunquísima / requetenunca el pueblo / sentado a vuestro lado”.

-Alo… aló, te oigo, Granda. No cuelgues ahora: “Nos llenan el día con ratones”, con “garrapatas negras”. Di algo, por favor, para calmar esta angustia de malapatria. “La poesía es la pariente pobre, / la inútil floritura, / la chiflada / que en vez de sesos tiene en la cabeza / un aeropuerto para las gaviotas. / Y cuando nadie espera nada / la poesía / saca de la manga el arcoíris…/ En cambio / el poder es otra cosa, / eso sí es otra cosa. / El poder es el parche poroso, / la divina pomada, / el mentol chino; / con el que no necesitas zapatos de taco alto / ni escaleras. / El poder es ganzúa, / aceite tres en uno, /alzativo, / bajativo, / cosmético, / como en papel de mosca”.

Euler Granda nació en la provincia de Chimborazo en 1935, residió en Quito, murió en Portoviejo en 2018. Fue médico psiquiatra y dedicó toda su vida a la poesía existencial y social, para humanizar y confrontar la realidad de su patria históricamente expoliada por la injusticia. Aunque habló extensamente consigo mismo y su soledad, escribió sobre el amor y vivió alegre. Él mismo reveló que “sin ser camello, le fue dado el don de atravesar el ojo de una aguja”. (O)

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