Haciendo un necesario paréntesis a las reformas laborales, por la trascendencia del tema, transcribo: “El Directorio Ejecutivo del BID aprobó (…) resolución en la cual se elige a la ciudad de Guayaquil, (…) para llevar a cabo la Reunión Anual de las Asambleas de Gobernadores del BID y de la Corporación Interamericana de Inversiones CII (conocida como BID Invest) el 16 y 17 de julio (…) luego de 47 años, Ecuador es sede de un evento BID”. Así la Cartera de Estado vinculada al ámbito económico nacional hace referencia a la cita mundial de primer nivel, donde 48 naciones (prestatarias, en su mayoría) en total, a través de sus representantes vinculados a la arena económica y empresarial tanto gubernamental como privada, estarán en la capital económica del país. El motivo: reflexionar sobre el avance hacia el progreso económico y social, a nivel colectivo.
Es motivo de orgullo que nuestra nación sea sede, testigo y partícipe, simultáneamente, de un encuentro de tal magnitud, especialmente cuando “los máximos” del BID determinarán el grado de acompañamiento de la entidad para con los proyectos impulsados por los países miembros; considerando que la naturaleza de este organismo multilateral está precisamente en el respaldo financiero al desarrollo, no solo económico sino también social.
El orgullo se vuelve esperanzador si a este hecho añadimos que la tan sola presencia de la representación del BID Invest envía un claro mensaje a aquella parte del sector privado deseoso de fondos para sus ideas o prototipos: “aquí está el financiamiento que necesitan”. Consecuentemente, tenemos entonces una comunidad política que se muestra al mundo con un escenario interesante para prácticas comerciales y con una actitud 0% antipática con la inversión, a más de contar con la comunidad financiera internacional que puede dar fe de ello. Como botón de oro, más de 10 foros temáticos con actores del mundo productivo y académico. ¡A aprovechar! (O)