Algunas investigaciones muestran la trágica realidad de la contaminación ambiental y sus orígenes. Ghana recibe 237 mil toneladas de aparatos electrónicos como desechos de los consumidores europeos. Chernóbil y las zonas industriales de Norilsk y Dezerzhinsk en Rusia, el río Citarum y la isla Kalimantan en Indonesia con grandes impactos por la industria y la minería de oro, las tenerías de cuero en Bangladesh, Zambia con la minería de plomo, el río Matanza en Argentina, y los vestigios petroleros en Níger, son mencionados como los sitios más contaminados del mundo. Hay 49 países determinados como albergue de zonas altamente contaminadas y que podrían estar afectando la salud de más de 200 millones de personas.
Otros sitios degradados y mortales son Lifen en China por las emisiones de carbón, la Isla de la Basura en Hawái ya alcanza los 692 mil metros cuadrados de basura (una extensión más grande que Francia), la Oroya en Perú que produce plomo y afecta sobre todo a los niños que presentan niveles extremos de toxicidad, o los 2 millones de toneladas de basura ‘espacial’ y los 10 millones de toneladas de plástico en los mares. La basura arrojada por grandes empresas en Somalia se presenta como una de las causas de la violencia en ese país depredado. Cosa similar ocurre en Haití, Mozambique, Sierra Leona, convertidos en basureros del mundo, lo que provoca graves efectos sociales y de salud, como cánceres y malformaciones congénitas.
Más terrible aún es que 2 mil millones de toneladas de alimentos y 500 mil millones de toneladas de agua son tirados a la basura y desperdiciados, debido a su mal manejo. También resulta terrible que los productores de artículos contaminantes como el cuero (para zapatos de marca, por ejemplo), teléfonos, televisiones y más, no tienen sus grandes basureros en su territorio sino que exportan desechos como una buena manera de librarse de ellos. Esta ya vieja práctica continúa de forma más sofisticada, aprovechando las debilidades de los países convertidos en vertederos.
Varios movimientos y ONG en el mundo cuestionan las prácticas de arrojar basura que refleja, al fin de cuentas, la avaricia humana. Es más barato tirar los desechos en algún sitio que procesarlos técnicamente.
La problemática de la basura es enorme y hay responsables, cómplices y víctimas. Los productores no asumen su responsabilidad y la trasladan a los individuos. ¿Qué hace usted frente a la contaminación?, nos preguntan. ¿Y ustedes, como productores, qué hacen por pararla?, es la respuesta que debemos exigir.