Se ha levantado una polémica en las redes acerca de que personas agnósticas o ateas celebren la Navidad. Se cuestiona que hagan cena, coman pavo, den regalos, o peor, que canten villancicos. Los no creyentes no tienen derecho a una celebración de esta naturaleza, según muchos creyentes que se reservan el uso exclusivo de la fiesta.
Vivimos dentro de un paradigma cultural cristiano occidental, y muchos de los no practicantes, agnósticos y ateos no podemos negar que somos parte de esa tradición que permea nuestra cultura. Quienes no practicamos los ritos no significa que no podamos, si queremos, asistir a un bautizo, primera comunión o boda en calidad de invitados.
Otra cosa es que siendo no creyentes traicionemos nuestras convicciones al bautizar a nuestros hijos o casarnos por la Iglesia. La verdad, conozco a muchos no creyentes que, por la fuerte presión social del entorno, terminan cediendo y celebrando ritos en los que no creen.
La sociedad ecuatoriana, huelga decirlo, es profundamente intolerable a religiones ajenas al catolicismo, y peor aún, al ateísmo.
En pleno siglo XXI ser agnóstico o ateo es casi una mala palabra, por ello muchos ocultamos nuestro agnosticismo o ateísmo, pero aquel o aquella que ose declararse de esta forma, sufrirá un acoso familiar, de su entorno y hoy, incluso, de las redes sociales.
Hay diversas formas de espiritualidad, la religión es solo una de ellas. El amor por la naturaleza, el arte, el conocimiento, la compasión hacia los demás son, por ejemplo, muestras de espiritualidad no religiosa que deben ser valoradas socialmente y toleradas como dignas y legítimas.
Las fiestas de Navidad y Año Nuevo son ocasiones propicias para un reencuentro con los amigos, la familia, uno mismo.
Oportunidades de renovación y desarrollo espiritual. Si alguien quiere arrogarse el derecho de decir quién debe o no celebrar estas fiestas, me parece que se pone en un sitial de moralidad que hoy menos que nunca le corresponde. Así que felices fiestas a todos mis lectores, sin importar su credo o fe religiosa. (O)