Publicidad

Ecuador, 05 de Octubre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Aníbal Fernando Bonilla

Argentina en las urnas

27 de octubre de 2015

Entender la política argentina no es tarea tan fácil. Más cuando sus prácticas en la historia contemporánea no han estado exentas de escándalos de corrupción (cuyos tentáculos se extienden al sistema judicial), tráfico de influencias, conflicto de intereses, ambiciones desmedidas, tal como ha ocurrido en la mayor parte de los países de nuestro continente. Ante lo que se podría decir que la radiografía trae similares resultados, aunque elaborada en laboratorio diferente. La política -lo he dicho en más de una ocasión en este espacio- se dignifica cuando está al servicio de los demás. ¿Y cuando no es así? Pues, sencillamente, se prostituye.

Por esto es significativo interesarnos por el manejo del Estado, no solo de Ecuador, sino de los territorios fraternos. Visto así, en Argentina la campaña ha desbordado las pasiones, a la par que ha ratificado el influjo de los mass media -especialmente de la TV- cuya asfixia en la gente es enorme, por el predominio del mensaje publicitario antes que la divulgación oportuna de propuestas; una retórica de generalidades frente a la vaciedad de contenidos. Franjas de spots promocionales que producen ruido y dibujan incógnitas antes que certezas, en un cuasi show electoral sobrecargado de marketing. Imágenes vendibles en un ambiente que merma la solvencia política. O sea, el ciudadano(a) de a pie -que usa el ‘subte’ o el autobús- cree menos en los candidatos(as), o lo que es peor, desconfía en la palabra de aquel personaje de la foto sonreída en el afiche, cuyos caracteres deberían ser la transparencia e idoneidad, pero, que al contrario, por su cruda practicidad se confunden con el descrédito y la devaluación de la palabra empeñada.

Tras los comicios de este domingo 25 de octubre, germinan algunas dudas: ¿Será el final de 12 años de kirchnerismo? ¿Habrá continuidad de las políticas aplicadas desde el Frente para la Victoria? ¿Obtendrá la derecha los votos necesarios -sobre todo los de Sergio Massa- que le aseguren el triunfo en segunda vuelta? Dados los resultados -con las encuestas fallidas-, Daniel Scioli se ubica en el primer lugar -con mínima diferencia porcentual-, afín a Cristina Fernández, quien ha logrado capitalizar su respaldo desde las directrices gubernamentales ligadas a la igualdad de los derechos sociales.

Mauricio Macri, del PRO, va segundo. El exdirigente de Boca Juniors representa a los grupos opositores al oficialismo, en una apuesta por asumir la Presidencia con una maquinaria empresarial-mediática que abarca Cambiemos; coalición híbrida en donde se suman fragmentos partidarios antikirchneristas. Macri tiene como estratega al ecuatoriano Jaime Durán Barba, quien hiciera similar rol con Jamil Mahuad, en aquel nefasto y accidentado paso por Carondelet (1998-2000), recordado por la crisis bancaria y financiera de dolorosa repercusión social. Durán Barba, por cierto, es una figura por sí polémica en los círculos bonaerenses por sus declaraciones y maneras de asumir su asesoramiento al jefe de Gobierno de Buenos Aires hace una década.

En esta lucha por el poder lo que se espera es que Argentina ratifique su compromiso democrático, dentro del esquema integracionista latinoamericano actual. Y mejor aún si la decisión ciudadana en las urnas tiene la huella peronista desde su corriente progresista y de construcción de una sociedad más justa con equilibrio en la redistribución de la riqueza, que ataque los problemas económicos que incluyen la reducción del desempleo y el azote de males en incremento, como el narcotráfico. Lo que sí es evidente es el balotaje en noviembre. (O)

Contenido externo patrocinado