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El Telégrafo
José Velásquez

Los antivacunas

02 de marzo de 2020

Mike Hughes abordó convencido su cohete de fabricación casera. Quería elevarse lo suficiente para cerciorarse de que la tierra es plana pero el aparato se estrelló 24 segundos después del despegue. ¿Por qué alguien arriesgaría su vida para defender una hipótesis tan descabellada? Porque vivimos en la era de la negación y rodeados por teorías conspirativas.     

La Organización Mundial de la Salud considera que una de ellas constituye una amenaza real para la salud de las personas: el movimiento antivacuna. La OMS estima que las vacunas ayudaron a salvar unos 20 millones de vidas en la última década, pero ha visto caer el índice de inmunización de manera preocupante a raíz de cuestionamientos antojadizos.

Por ejemplo, en Estados Unidos se llegó a vincular sin ninguna prueba científica al autismo con la vacuna SRP o “triple” (sarampión, rubéola y paperas). Aún circulan los tuits publicados por el presidente Trump en 2012 pidiendo que la vacuna sea aplicada en dosis individuales.

Algunos antivacunas afirman que la mayoría de las enfermedades han sido erradicadas y que cualquier tratamiento preventivo es obsoleto. Pero los inmunólogos advierten que los agentes patógenos siempre están circulando. En Estados Unidos, por ejemplo, se erradicó el sarampión en el 2000 pero surgió 18 años después cuando crecieron los hijos de los padres que se negaron a vacunarlos.

Las autoridades de salud de EE. UU. recomiendan que los niños menores de 3 años se vacunen contra 14 enfermedades y que al menos el 95% de ellos se someta a la inmunización. En Ecuador el índice en 2018 era inferior al 90%. A veces no es un solo un tema de convicción sino de descuido: en nuestro país el refuerzo de la vacuna SPR tiene mucho menor acogida que la primera dosis (al menos dentro de los plazos estipulados).

Y así como a alguien se le ocurrió decir que la vacuna contra el virus del papiloma humano fomenta la promiscuidad, hoy sostienen que el COVID-19 es un complot global para vender medicinas y fabricar fortunas. Con el coronavirus ya instalado en Ecuador hay que seguir las recomendaciones de los especialistas, no repetir leyendas y dejar de creer que la tierra es plana. (O)

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