Antes de nacer, tener una madre. Trataré de hacerme entender. Ella es mi madre yo soy su hijo. Yo nací antes que ella, nací antes que mi madre. Primero el hijo después la madre: primero mis deseos luego la fuerza para engendrarlos. El día espera al sol y el sol nace para cumplir con la espera. Antes de mirar defino, descubro dónde debo mirar. Antes de nacer, ya estoy vivo y cuando vivo estoy; muriendo estoy también.
Ella es mi madre y yo nací antes que ella nazca. Antes de estar en dificultades ya estoy en dificultades: así aparece la fuerza qué trae la solución a mis problemas. Vivimos continuos juegos de energía. Qué esperan y esperan porque al final todos esperamos y tenemos que esperar. Culturas antiguas creían que el mundo era sostenido por una tortuga. La idea se refería a la lentitud.
Lentamente comprendemos lo que tenemos que hacer y para dónde ir. Estamos condenados a vivir el movimiento lento de traslación y rotación de nuestra gran madre: la Tierra.
El equilibrio es darse cuenta antes, pedir antes, sentirlo antes. La armonía entre el ayer, el presente y el futuro. Lo pasado, el ahora y lo que viene. Planear lo que viene y desear tener la persona que sea la más capaz de ayudarme a cambiar mi realidad. Antes de nacer tener una madre.
Estoy hablando de lo invisible desde lo invisible. Son las intenciones y tratar de descubrir lo que sigue. Nuestra realidad sucede, es mecánica. Podemos intentar desde un margen mínimo hasta el infinito. Antes de nacer necesitamos una madre. Antes de hacerlo ya está hecho, en lo invisible cuyo espacio de determinarlo es desde lo minino hasta lo grande y más grande.