En cada ocasión, cuando empezamos el año, solemos hacer una especie de lista de buenos propósitos, muchos de ellos relacionados con nuestra propia salud y bienestar, así, se propone el hacer ejercicio, dietas, ahorro, y un largo etcétera.
Sin embargo, no vemos en esas listas y propósitos algo que definitivamente debe preocuparnos, tanto en nuestro bienestar personal como en el colectivo, y es lo que tiene que ver con la protección y el respeto al planeta en el que vivimos y que lo sabemos, de acuerdo a la evidencia empírica que se recoge en los diversos lugares del planeta y también por las investigaciones científicas que tienen una casi unanimidad en la preocupación y las recomendaciones que se hacen para evitar el colapso total, por las agresiones que los seres humanos hemos cometido en contra de la naturaleza, ocasionando situaciones por todos conocidas como el calentamiento global, el cambio climático, la contaminación de los mares, el derretimiento de los glaciares, la contaminación del agua, tanto la que aflora a la superficie terrestre como la subterránea, la extinción de las especies…
En fin, la lista sería interminable si es que pretendemos enumerar todos los descalabros causados, hasta en el espacio exterior por la basura que se ha acumulado por la proliferación y el abandono de satélites y dispositivos que circundan a nuestro planeta.
Pero en lo que queremos enfocarnos hoy, en este comentario, es en lo que tiene que ver con la contaminación que los plásticos están causando en nuestros mares. Agravada por esta pandemia que obliga a la gente a usar mascarillas y otros dispositivos, trajes, guantes, etc. Así como también se ha incrementado el uso de plásticos desechables para la entrega de comidas, más bolsas son utilizadas y por lo tanto hay más elementos que se arrojan en los mares. Mi propuesta va por el propósito de hacer una disposición adecuada de la basura, pero al mismo tiempo insistir en la necesidad de reducir y reutilizar.
Cada uno de nosotros coloquemos en el “top”, en el comienzo de nuestra lista, el del reciclaje, al menos de los plásticos. Todos nosotros, en algún momento, o con frecuencia, usamos botellas y fundas plásticas, platos, cucharas, sorbetes y una infinidad de otros artículos, que son tan difíciles de desaparecer.
Si solamente nos concentramos en recoger de manera separada estos plásticos, en retirarlos de la basura común y se los entregamos así, separados, a los recicladores, sean personas o empresas, ya le estaremos proporcionando un alivio a nuestros mares, fuente de tanta riqueza, de tanta comida, que ahora se encuentra en peligro, por no hablar del factor de equilibrio que representan.
Año nuevo, vida nueva, una vida mejor para nuestro planeta es un propósito altamente saludable y que reportará beneficios para todos.