El primer año en funciones de Andrés Manuel López Obrador, conocido popularmente como AMLO, se encamina a ser el más violento desde que existe registro oficial, superando el triste récord de 33.743 asesinatos en 2018. Sus esfuerzos en materia de seguridad pública no han dado resultados. En el campo de la economía, la mexicana crecerá solo 0,2% este 2019.
Y aún así, AMLO concluye su primer año de gobierno con una aprobación mucho mayor a la que registraran en su momento los últimos tres presidentes. Los pronósticos señalan que si mañana hubiera elecciones, AMLO volvería a ganar, y no solo con el 58%, como sucedió en las urnas hace un año, sino incluso con poco más del 60%.
¿A qué se debe su respetable popularidad entre los mexicanos? ¿Es todo producto de su gran empatía, o es que debe estar haciendo algo bien?
Cierto, la economía mexicana mantiene un nivel de crecimiento cercano al cero, pero tomando en cuenta el lento crecimiento a nivel internacional, México sigue, según las estadísticas publicadas por el Fondo Monetario Internacional, impávido en el puesto número 15, superado en el contexto latinoamericano solo por Brasil. Para los que veían desmoronarse a México con la llegada de AMLO: en este ranking en constante transformación sigue siendo una de las mayores economías del mundo.
Los esfuerzos en materia de seguridad pública no han mostrado efecto, pero la violencia rampante no ha espantado la inversión extranjera y la gran fuga de capitales no se produjo. El tipo de cambio y la inflación muestran buen desempeño. Por lo visto, los mercados y los inversionistas extranjeros le han reiterado el beneficio de la duda.
En lo nacional, la mayoría considera que se está haciendo lo correcto en materia económica y también aplaude los esfuerzos en el combate contra la corrupción. Los programas sociales y la asistencia a grupos vulnerables no han pasado desapercibidos.
También en el escenario internacional ha sabido maniobrar. A pesar de las grandes tensiones con el vecino del Norte, López Obrador ha logrado que las relaciones con EE.UU. no se vuelvan más tóxicas. Incluso Donald Trump ha dicho: “En teoría, este presidente tiene tendencias socialistas, pero creo que es un buen hombre”. (O) * Tomado de la DW