No hay dudas históricas sobre la necesidad de alianzas para profundizar la revolución ciudadana. Movimiento PAIS ha decidido reajustar sus políticas de alianzas con todos los sectores que han luchado por el cambio, que se identifican plenamente con los intereses de la nación, que se han organizado para luchar por sus derechos y el progreso del país. Por ello, en esta nueva etapa y sobre la base del plan de gobierno y el objetivo de socialismo, debe incorporar o reincorporar a la lucha a nuevos sectores obreros y campesinos, indígenas, comuneros, montubios, artesanos, profesionales e intelectuales progresistas, jóvenes revolucionarios; en fin, partidos y movimientos que quieran romper las cadenas de la explotación capitalista, dominación imperialista, y construir una sociedad de justicia, equidad y progreso.
El momento exige esta posición. Rafael Correa fue claro en su informe. Frenar la arremetida oligárquica y conspirativa, que cuenta con apoyo internacional, que busca liquidar el proyecto político que el pueblo respalda, es una exigencia histórica, ya que son evidentes las maniobras y alianzas de la derecha que hasta utiliza a “izquierdistas” renegados y desertores que, con cualquier pretexto y retórica, se han subido a la camioneta de los explotadores vendepatria y atrasapueblos.
Todo vale con los del viejo poder. Ahora esgrimen la muletilla de la “libertad de expresión”, que jamás respetaron; antes fue la Constitución, de la que despotricaron y ahora dicen “defender”, mañana será la “libertad de cultos”, que tampoco han respetado, por la que asesinaron a Eloy Alfaro. Todo vale para su diversionismo y la confusión que busca crear ambiente para derrotar por la fuerza lo que perdieron con las victorias electorales del pueblo. Quieren recuperar el poder, están desatados, tienen terror a las alianzas, necesarias para la revolución.
La profundización de las reformas, las nuevas leyes para responder a la voluntad popular; sobre todo la revolución de la justicia; la revolución agraria; la construcción del socialismo, que debe significar la derrota del capitalismo; la búsqueda de la Patria Nueva. Este es el reto histórico de AP, que la obliga a la construcción de un GRAN FRENTE DEMOCRÁTICO, QUE BUSQUE LA UNIDAD EN LA ORGANIZACIÓN Y ACCIÓN, LO QUE IMPLICA INCORPORACIÓN Y PARTICIPACIÓN EN LOS DIVERSOS ESPACIOS DEL PODER.
Esa comprensión y praxis hará posible avanzar. TODOS, superando discrepancias, en GRAN UNIDAD debemos apoyar esta política, reclamada por el pueblo.