El sarampión es una infección aguda exantemática, es una virosis humana para la que hay una susceptibilidad universal y que ataca a toda la economía. Es mucho más frecuente en niños pequeños. Es contagiosa y su período de mayor contagiosidad es durante la etapa anterior a la erupción, pero continúa en tanto permanezca el exantema.
El contagio es muy alto, ya que bastan unos cuantos minutos para contraer la enfermedad por gotitas de saliva procedentes de las secreciones nasofaríngeas de los enfermos al hablar, toser o estornudar. La población más susceptible es la escolar y preescolar y también es más grave en ellos que en los escolares y adultos jóvenes.
Podemos dividir al sarampión en dos etapas: que son la fase preeruptiva y la eruptiva. La fase preeruptiva se inicia con los pródromos y se caracteriza por fiebre elevada, malestar general, catarro oculonasal (conjuntivitis casi siempre palpebral y en ocasiones hemorragias en los párpados inferiores en los casos graves) y tos seca. En un porcentaje que varía de 50 a 80% se puede encontrar manchas de Koplik, que son pequeños puntos blancos de 1-2 mm rodeados de eritema en la cara interna de las mejillas a la altura del 2º molar, los cuales desaparecen al tercer día de haber brotado el exantema. En la fase eruptiva se presenta el exantema, que son elementos maculoeritematosos detrás de los pabellones auriculares, que se extienden a la frente y cara para posteriormente continuar en dirección cefalocaudal. Las manchas se borran con la presión. Al tercer día la erupción palidece y se torna pardusca al cuarto día. En esta fase las manchas ya no se borran con la presión y tienden a descamar.
COMPLICACIONES
Las complicaciones del sarampión pueden abarcar:
Otitis media
Bronquitis
Neumonía
Encefalitis, que se presenta aproximadamente en 1 de cada 1.000 casos de sarampión.
PREVENCIÓN
La vacunación de rutina es altamente efectiva en la prevención del sarampión. Las personas que no reciben la vacuna o que no la reciben completa están en alto riesgo de contraer la enfermedad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó en días pasados que se están produciendo importantes brotes de sarampión en varios países europeos, africanos y americanos, y recomendó a los gobiernos asegurarse de que su cobertura de vacunación alcance al 95% de la población para evitar brotes con un gran número de casos con hospitalizaciones y muertes asociadas. Las comunidades autónomas ya están respondiendo ante ese riesgo.