Al mismo tiempo que el presidente del Perú diluía el congreso y a la vez era derrocado, en Alemania se producía un intento de golpe de Estado. Aunque conceptualmente ambos sucesos son de magnitud, el de Alemania constituye un acontecimiento excepcional. En conjunto, la serie de sucesos en apariencia políticos, que suceden día a día, no pueden ser interpretados como hechos inconexos. De hecho, se trata de una crisis del capitalismo global, de las instituciones modernas y de todo el encajonamiento cultural.
La crisis está provocando el resurgimiento de grupos de extremistas, sobre todo en Europa. Aunque se los denomina con el genérico “ultraderecha”, existen matices que van desde una posición específicamente conservadora que busca preservar valores e instituciones tradicionales como la familia, hasta organizaciones dispuestas a eliminar a los contrarios con las armas y cerrar las fronteras nacionales a grupos distintos. Se menciona una extendida red que tendría lazos varios países. A este grupo pertenecerían los 25 arrestados en Alemania el día 7 de diciembre, “Ciudadanos del Reich”, acusados de intentar el golpe de Estado, quienes no reconocen a la República Federal de Alemania e intentan crear un estado paralelo, tal vez un principado. De hecho, uno de los arrestados es alguien que se percibe asimismo como aristócrata.
La crisis mundial múltiple une en cada caso la coyuntura con procesos antiguos. Alemania pertenece a la tradición cultural de la Europa del Este, donde predominaron reinos agrarios; tardó en iniciar su desarrollo industrial y aún más en constituirse en una república (1949). Una crisis estructural en el período entre guerras, en la que el índice de desempleo alcanzó el 44% (1918-1939) fue capitalizada por el nazismo y detonó la Segunda Guerra Mundial. Hoy Alemania es uno de los países con mejor calidad de vida según estándares, con una baja tasa de desempleo. No obstante, es altamente dependiente en términos de energía y enfrenta una tasa de inflación del 10%. En términos generales no habría condiciones para que la opción de ultraderecha controle el poder. Empero, eso no significa que, frente a un desequilibrio global, uno de cuyos efectos es la lucha por las fuentes energéticas, la inestabilidad y destrucción de las instituciones modernas, el régimen liberal parlamentario de la joven república alemana no sea acechada.