El pasado 9 de mayo cumplió un año de fallecido el ilustre maestro universitario Jorge Zavala Baquerizo. Lo conocimos en la campaña electoral de 1960, cuando terciaba como candidato a diputado por la Unidad Democrática Anticonservadora, que auspiciaba las candidaturas de los doctores Antonio Parra Velasco, rector de la Universidad de Guayaquil, y Benjamín Carrión, presidente de la Casa de la Cultura, para presidente y vicepresidente de la República. Representantes más caracterizados del pensamiento democrático de la época. Entonces, miles de simpatizantes agrupados en la combativa Unión Revolucionaria de Juventudes Ecuatorianas (URJE) coreábamos eufóricos: “Parra-Carrión, revolución”. “Cuba sí, yanquis no”. “Fidel seguro, a los yanquis dale duro”. “Qué tiene Fidel que los americanos no pueden con él”.
Eran los inicios de la década del 60, en los que grandes acontecimientos marcaron toda una época, especialmente en nuestra América Latina: la presencia de la Teología de la Liberación; la Revolución Cubana; la irrupción del hombre en el cosmos; las protestas contra la guerra de Vietnam; los renovados movimientos contra la opresión de la mujer. Fueron acontecimientos que sembraron la esperanza de un mundo mejor.
El Dr. Zavala Baquerizo fue un ciudadano profundamente democrático, sensible a los problemas humanos. Nació en Guayaquil el 13 de mayo de 1922 en el barrio Las Peñas. Fueron sus padres don Oswaldo Zavala Arbaiza y doña Ana Cristina Baquerizo. Obtuvo su título de abogado y Dr. en Jurisprudencia en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Guayaquil. En donde se inició como catedrático en 1962 de las asignaturas de Derecho Penal, Procedimiento Penal, Código Penal. Lo fue también en la Universidad Católica de Guayaquil, hasta 2011. Miembro de algunas asociaciones internacionales de derecho penal. Desempeñó múltiples cargos públicos, entre ellos Diputado Provincial del Guayas, Diputado Nacional, Presidente del Congreso Nacional, Ministro de la Corte Suprema de Justicia. En 1968 llegó a la Vicepresidencia de la República en representación del Partido Liberal Radical, junto con el Dr. José María Velasco Ibarra, su opositor político irreconciliable, quien terciaba con su candidato velasquista Dr. Víctor Hugo Sicouret. Sin embargo, el Dr. Zavala ocupó el cargo de vicepresidente hasta 1970, cuando el Dr. Velasco se declaró dictador.
Por su abundante aporte jurídico-penal, fue objeto de múltiples reconocimientos, tanto nacionales como en el exterior. Sus libros no solo enriquecen el ámbito penal, sino la cultura en general.
La última vez que lo vimos fue el 20 de abril del 2012 en la sesión solemne por el CLXXXVI aniversario de la fundación de nuestra Corte Provincial de Justicia. En esta se nos hizo un reconocimiento a cuatro juristas por nuestro aporte “generoso y fecundo”, tanto en el ejemplar ejercicio profesional como en el de la cátedra. “¡Qué bien se lo ve maestro!”, le dije. Me respondió “¿Adivina cuántos años estoy cumpliendo?”. “No me lo imagino”. “90”, me contestó. “¡Qué hermoso! Es por su conducta ejemplar”. Le respondí. Se sonrió y me abrazó.
Al año de su fallecimiento, rendimos homenaje al amigo, al colega, al maestro, al hombre progresista. Ejemplo para las futuras generaciones. (O)