Luego del retorno a la democracia en 1979, las agendas presidenciales -salvo las honrosas excepciones- ejecutaban dos acciones principales:
a) El Presidente, acompañado de un grupo cuidadosamente seleccionado de funcionarios públicos, representantes de la banca, de las cámaras y de los medios de comunicación privados, viajaban a Washington para realizar la genuflexión grupal al gobierno de turno.
Al retornar, el sometimiento de las políticas públicas a los edictos norteños era inmediato.
b) El Presidente, acompañado de funcionarios públicos nacionales y provinciales, diputados de la bancada oficial y representantes de las fuerzas vivas de la ciudad, visitaban los medios. Como se hacían dentro de los linderos patrios, realizada la genuflexión, las órdenes no necesitaban intérprete.
Como el presidente Correa y su equipo de gobierno no han cumplido con esta norma, hay unos cuantos “cabreados”.
Me permito recordar algunas acciones -traducidas en cifras- que fueron tomadas del informe del 10 de agosto de 2011:
El crecimiento del Ecuador en el primer trimestre de este año se ubica en 8,62%. La pobreza bajó 3%, porque se duplicó la inversión en educación y se triplicó en salud. En energía eléctrica se recaudan 100 millones de dólares más. Los contratos petroleros han generado 800 millones de dólares adicionales.
Se invirtieron 5.000 millones de dólares en infraestructura, lo que ha impulsado la reactivación económica. Se recuperaron más de 1.300 bienes patrimoniales.
El SRI recaudó, en el año 2010, 7.864 millones de dólares. Se espera recaudar más de 8.000 millones en el presente año.
Se abrieron mercados en países asiáticos, africanos y caribeños. Se lograron acuerdos de integración económica y política con los países que forman parte de la Unasur.
A los hermanos con capacidades especiales se les ha entregado 700.000 ayudas técnicas, se
construyeron 15.000 viviendas y se dieron 15.000 bonos Joaquín Gallegos Lara. En este campo se ha invertido 5.000% más que en otros gobiernos.
En una encuesta realizada el 2 de agosto del año en curso, Rafael Correa goza de un 74,9% de aprobación ciudadana. Lenín Moreno de 93,6%.
Hay agendas que se manejan con soberanía, con dignidad, con eficiencia. Son las únicas que permiten disminuir la pobreza, la exclusión, la inequidad. Son las que reciben el respaldo mayoritario del pueblo. Lo demás son sofismas de las minorías “cabreadas”… porque están perdiendo poder.