Confirmada la conducción progresista de la Asamblea y en plena ejecución la nueva política de alianzas, le será posible al Gobierno continuar con la agenda de transformaciones, única garantía de sostén y sustento del proceso de Revolución Ciudadana.
Los cambios históricamente han tenido y tienen resistencia, concitan odios y violencia. La historia del país, Latinoamérica y el mundo son trágicas y ricas en ejemplos. Las fuerzas retardatarias del viejo poder explotador, asociadas a los intereses de las transnacionales y chulqueros de todo pelaje han obstruido procesos, tumbado gobiernos, asesinado presidentes y masacrado pueblos.
Los casos de Afganistán e Irak lo prueban. El reciente de Libia lo confirma. La brutalidad imperialista llega a la masacre de gente inocente y de patriotas que resisten. Los gringos se enloquecen por el petróleo, con un Presidente que denigra el premio Nobel de la Paz. Con ingleses, franceses y otras fuerzas del poder mundial practican el terror para atracar las reservas monetarias y el petróleo del pueblo libio. Toda esta barbarie, con la alcahuetería de la ONU y gobiernos de otras potencias. Más allá de Gadafi está el saqueo y la ambición.
Por este cruel suceso y otros es indispensable en el Ecuador apoyarse en el pueblo y consolidar las reformas, emprender otras, sobre todo en los campos de la educación, salud, agrario, lo que implica agua, tierra y apoyos estatales; la adecuación estricta de las FF.AA. y Policía a las normas constitucionales, en su formación y funcionamiento; la revolución en la justicia, etc.
Por ello, la necesidad de la organización democrática y rápida del Movimiento Alianza PAIS, afianzar, fortalecer y ampliar los CRC; revisar las relaciones con el movimiento indígena, aislando a algunos malos dirigentes; ajustar ciertas políticas y medidas en el ámbito laboral, fortaleciendo una sana relación con el sindicalismo.
La necesidad de organizar a los maestros, juventudes, intelectuales y profesionales progresistas que están con el proceso; la urgencia de ampliar y consolidar el colectivo de movimientos sociales; la unidad interna para escoger dirigentes y candidatos a todo nivel; la selección de cuadros probados para conducir sectores clave del poder y gobierno.
En esta hora histórica, llena de incertidumbre, con poderosos enemigos al frente, pero con un inmenso apoyo popular que debe expresarse en organización, acción política inteligente, creatividad, celeridad y firmeza revolucionarias, no caben las flaquezas, oportunistas ni afán lucrativo. Lo afirmo con convicción.