Los adultos mayores jubilados han logrado en Ecuador materializar sus derechos mediante intensas luchas políticas. Pero es menester que todos ellos, jubilados o no, actúen de manera solidaria y colectiva para alcanzar otros beneficios, además de la protección económica de la pensión y el Bono de Desarrollo que está en proceso de alcanzar la cobertura universal. Se ha fortalecido la prestación de servicios sociales de calidad, pero hay otros cuyos logros exigen políticas estatales específicas.
Para el efecto la condición primordial es participar en política, iniciándose con el compromiso de nuestro voto en las elecciones de hoy.
Justamente porque el voto es potestativo para los mayores de 65 años, este enorme grupo, que constituye el 7% de la población ecuatoriana, es decir alrededor de un millón de personas, debe acudir a las urnas y votar por quien se juzgue haya logrado defender las políticas públicas y cambiar el papel del Estado.
Para los adultos mayores el primer derecho es continuar en actividad, pero no solo como ejercicio físico, sino como actividad creativa, recreativa y, mejor aún, productiva. Este derecho estará acompañado por la protección económica, como se ha señalado, y por el de los servicios sociales de calidad como salud, vivienda, educación. Esta última mediante aquella continuada de la Universidad del Adulto Mayor. Esta universidad cumple además con los objetivos de capacitación, información e investigación. Pero hay otros derechos, como el de la protección jurídica, no solo para los descuentos en los pagos fiscales y otros, sino para evitar la discriminación.
Es crucial ejercer el derecho a la participación social como acción colectiva. Así como hay líderes entre los jubilados, deben aparecer líderes para aquellos que no lo son, que constituyen aún cerca del 80%. Solo en grupo se fortalecerán y accederán a mejores condiciones de vida, de una calidad de vida basada en la satisfacción de las necesidades humanas. El “empoderamiento” individual y colectivo es la clave, y para lograrlo es menester comenzar participando en el logro del poder político.
Para alcanzar la óptima calidad de vida, que es la salud, es menester comenzar ahora mismo por participar en la votación de hoy. Así se contribuye al Buen Vivir individual, familiar y social, sustentado en una vida austera alejada del consumismo y cerca de las necesidades del cuerpo, de la mente y del corazón.