Si bien el movimiento cooperativista en Ecuador está medianamente desarrollado, dentro del sector de las finanzas populares y solidarias, las cooperativas de ahorro y crédito ocupan un lugar relevante. Desde el punto de vista de la gestión financiera, las cooperativas de intermediación de dinero presentan un panorama interesante en términos de crecimiento y expansión de sus servicios. De hecho, la creación de la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria, entre cuyas funciones está el control de las actividades económicas de las cooperativas, así como las acciones que garanticen su estabilidad, solidez y correcto funcionamiento, es parte de una lógica de crecimiento económico “seguro” de este sector. Pero el problema es que el marcado énfasis por el crecimiento y la salud financiera, otorgado tanto por los cuerpos administrativos de las cooperativas como por los organismos de control, corre el riesgo de rezagar otros componentes del cooperativismo, como la educación, los valores y la democracia. Así tenemos que las estructuras gerenciales-administrativas de las cooperativas son similares a la de cualquier plataforma financiera de la economía de mercado, organizadas en estructuras jerárquicas basadas en la eficiencia y la rentabilidad. Pero lo más preocupante es que no existen mecanismos que planteen reflexiones que vayan democratizando y otorgando coherencia a una gestión administrativa desde los principios cooperativistas, cuestión que puede terminar funcionalizando la acción cooperativa a las dinámicas de la economía de mercado, antes que profundizando las dinámicas propias de la economía social y solidaria. Es importante revisar las fórmulas orgánico-funcionales de la administración y gerencia de las cooperativas, así como los criterios de control del Estado, pero lo más importante es establecer procesos de investigación y educación sobre las nuevas formas de administración y gerencia cooperativista de la economía y las finanzas, pues la economía cooperativa, social y solidaria es el fundamento de un nuevo tipo de sociedad y base fundamental para el Buen Vivir. Lo dice nuestra Constitución. (O)