Según Henry Paulson, exsecretario del Tesoro de EE.UU., el reloj de la deuda acelera su pulso y se acerca el momento de la catástrofe económica. Llama a esta situación la ‘bomba de la deuda’. Según él “es imposible predecir con exactitud la fecha del inicio de la crisis, pero tarde o temprano ocurrirá. En las condiciones de enfrentamiento de la política y el mercado siempre gana el último”.
¿Qué está pasando? Sucede que un reducido grupo de multimillonarios ha acaparado todo el poder y la brecha de la distribución de la riqueza es más grande que nunca. Estos plutócratas neoconservadores controlan el sistema capitalista norteamericano por ser los dueños del dinero y los medios de producción y comunicación. A ellos les importa un pepino el desempleo, por lo que recortan los subsidios a los pobres en nombre de una libertad basada en un sistema electoral donde lo único que prima es el dinero, con cuya ayuda compran los medios de comunicación y el voto ciudadano en unas elecciones en las que da lo mismo qué candidato gana. Según el excongresista David Stockman, se trata de un ‘capitalismo entre amigos’, responsable del colapso fiscal del país y de haber generado la deuda, debido al gran aumento del gasto militar y las intervenciones militares en el extranjero.
Para otros expertos, EE.UU. se halla en un callejón sin salida porque no tiene otra posibilidad que la de seguir endeudándose, ya que por décadas importa más de lo que exporta y así lo piensa hacer mientras el mundo lo tolere, por lo que su déficit fiscal es casi imposible de disminuir. Hay analistas que son mucho más radicales y predicen que la burbuja masiva, en la que se encuentra actualmente el mercado de EE.UU., debido a que la FED ha impreso dinero en exceso, estallará y llevará a la economía de ese país a un colapso, y hablan además de que para este año se va a dar el ‘apocalipsis financiero’, que las ganancias récord en Wall Street y el dólar en alza solo disimulan grietas sistémicas y ocultan que el motor del coche está recalentado.
Gerald Celente, que predijo el pánico de 2008, pronostica que se avecina el colapso, que “en un futuro próximo seremos testigos de una caída de la bolsa mundial de valores”, que se desplomará con efecto dominó y habrá “un terremoto económico que se reflejará en todo el mundo, donde se desencadenará un pánico de proporciones históricas”. A Celente la economía global le da una sensación de vértigo, igual a ver a un maremoto que va a arrasar con todo sin que se pueda hacer nada para impedirlo.
El analista Larry Edelson da incluso la fecha exacta de la catástrofe, “el 7 de octubre de 2015, cuando el primer superciclo económico desde 1929 desencadenará una crisis financiera global de dimensiones épicas” que “pondrá de rodillas a Europa, Japón y EE.UU. y enviará durante los próximos cinco años a casi mil millones de personas a una montaña rusa a través del infierno. Será un viaje que no ha visto ninguna generación”.
De todo lo dicho, la pregunta del millón: ¿Qué va realmente a suceder con este despropósito? (O)