En la campaña contra el proceso de Revolución Ciudadana, dirigentes de la llamada “Unidad de las Izquierdas” (¡?), muchos ex colaboradores del Gobierno, han convocado a una marcha a organizaciones, algunas fantasmas o simples siglas, otras secuestradas de estudiantes, maestros, indígenas, ecologistas, trabajadores, en las que la mayoría los rechazan, ya que están por el cambio, como se ha demostrado en elecciones y concentraciones.
Alianza PAIS tiene millones de adherentes y simpatizantes. Rafael Correa triunfó con amplio margen y en primera vuelta para su reelección. Todos juntos no lo igualaron.
En el caso de los candidatos de los grupos que lideran la “protesta” no sumaron juntos el 3% de votos, a pesar de su verborrea y demagogia. Ahora, sin recato, adhieren a la cantaleta de “libertad de expresión” de los propietarios de grandes medios, pactan con la derecha, se financian con ONG y poderosos empresarios, banqueros y pelucones de toda ralea. Coinciden con el Gobierno yanqui, maniobras y leguleyadas de la CIDH, la SIP, la UE y el alto clero.
El cuento de las demandas de diferentes grupos es eso, un cuento. Lo de fondo es que desinformando, mintiendo, calumniando, haciendo demagogia y una labor de zapa, se favorece volver al pasado de dominación social y dominio de la banca y multinacionales, a gobiernos de entreguistas y explotadores, que no les importaba un bledo la patria y los pobres.
Todos sabemos que estos dirigentes torpedearon la Ley de Aguas, que ahora la reclaman; apoyaron la Ley de Educación que critican, el intento de golpe de Estado desde las camionetas de la Policía y movilizaron niños y jóvenes estudiantes, aprobaron la Constitución y tendenciosamente malinterpretan esenciales contenidos para criticar al Gobierno. Agreden a Ricardo Patiño, a quien le expresamos nuestra solidaridad.
¿De qué marcha se trata? Al no poder derrotar democráticamente a Rafael Correa, buscan desestabilizarlo y crear condiciones para derrocarlo. Gran servicio al viejo poder que tiene el mismo objetivo.
Es conspiración antidemocrática, a la que hay que derrotar, con organización, movilización popular, unidad de acción, comunicación objetiva y oportuna. Todo esto requiere sabiduría, paciencia, respeto a la institucionalidad creada por la RC, dirigencia y funcionarios dinámicos, honestos, vinculados al pueblo; demanda coordinación inteligente entre la AP, sus bases y el Gobierno.
No basta la acción burocrática para enfrentarla, es necesaria la iniciativa, acción política y vinculación respetuosa con los sectores que apoyan la Revolución Ciudadana; intensificar las reformas, ejecutar la agraria, organizar la economía solidaria, salud comunitaria, etc.
La izquierda y demócratas tienen la tarea.