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El Telégrafo
Fausto Segovia

Otras miradas de los 40’

14 de agosto de 2019

El tema de hoy es el cumpleaños de la democracia, pero no la mirada formal o académica, pues de ella mucho se ha hablado y escrito desde Platón, Aristóteles y Montesquieu. El enfoque pretende ser ciudadano, como atributo del “hombre común”, como decía el apreciado y recordado maestro Jorge Salvador Lara.

Desde esta perspectiva, los 40 años de democracia tienen nuevas e interesantes lecturas. Lo bueno ha sido la persistencia del sistema que, con todos los defectos, errores y debilidades, subsiste. Lo malo, la pobreza estructural, y el círculo vicioso que se mantiene, con la corrupción a la cabeza en una sociedad indiferente. Y lo feo: la impunidad, el robo descarado de los fondos públicos y la anomia del sistema, que ha creado –paradójicamente- un modelo de indefensión.

He recogido puntos de vista de personas, hombres y mujeres, de a pie, que sin ser especialistas, aportan a este debate. Me ha impresionado escuchar las siguientes frases: “No entiendo por qué nos equivocamos al elegir ciertos asambleístas que no representan al pueblo, sino a sus intereses”. “Todos hablan de cambio, pero lo único que se ha visto es cambio de camisetas”. “El Estado ha tocado fondo, y comienza a reflotar gracias al FMI”. “Si no salgo a buscar algo en la calle no puedo atender a la familia”.

“Es que la democracia es de papeles; nadie se conduele por nadie”. “Estamos inundados de ciudadanos de otros países –que sí tienen derechos-. ¿Quién garantiza los derechos de los niños, hombres, mujeres y personas de la tercera edad del Ecuador?”.

Las miradas de la gente no están en el Estado, en el FMI ni en la OCDE; tampoco en las rendiciones de cuentas en hoteles lujosos. Sus miradas están en el pan de cada día, en la legión de informales que se levanta en busca de esperanza, con hambre de caricias y empleo seguro, que cada vez escasea. Las miradas de la gente se dirigen a la salud integral y la educación de calidad. A la seguridad humana –alimentaria, preventiva y el fortalecimiento de la economía familiar-.

¡Los 40’ están vivos todavía, sobre todo porque debemos pagar la deuda eterna! (O)

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