En 2015, la Fiscalía de Manta investigó el caso de Kevin. Tenía 14 años cuando se quitó la vida tras sufrir un abuso sexual, como consecuencia del grooming o contacto con finalidad sexual con menores por medios electrónicos.   Kevin conoció a través de Facebook a un hombre, de 40 años, que se hacía pasar por promotor de modelos. De esta manera convenció al menor de enviarle fotos y prometió pagarle $ 400 por cada desfile, pero antes lo citó para una entrevista de trabajo. El menor fue abusado sexualmente por el supuesto promotor de modelos; días después se suicidó. La madre de la víctima encontró conversaciones y fotos comprometedoras en la computadora de su hijo, que fueron parte de las evidencias en el caso.    El abogado Marcel Chávez realizó un análisis académico sobre el grooming e indicó que es una expresión anglosajona usada para describir un nuevo fenómeno criminológico asociado a las redes sociales. “En la actualidad, el grooming alude al contacto con menores a través de sistemas informáticos por adultos con falsas identidades, con el fin de ganarse su confianza e inducirlos a tratar temas de tipo sexual”, explica Chávez. El grooming es una práctica de acoso o abuso sexual en contra de niños y jóvenes que se presenta a través de las redes sociales. Los menores envían fotos de carácter sexual a extraños con quienes entablaron uan misteriosa amistad. “Cuando estas personas cuentan con una cierta cantidad de imágenes comprometedoras los chantajean. Este delito culmina cuando el adulto propone un encuentro de tipo sexual”, explica Mayra Soria, fiscal de la Unidad de Género de la Fiscalía de Pichincha. Por su experiencia en estos casos, Soria menciona que cuando las víctimas acuden a esta cita se cometen delitos, como abuso sexual o violación.   En 2016, la Fiscalía registró 10 casos de grooming. Soria indica que esta acción ilícita es la puerta de entrada para otros delitos, como la pornografía infantil. “Solo la propuesta ya es un delito de acción pública. Las amenazas son de carácter sexual; los infractores les dicen a sus víctimas que publicarán sus fotos. Las personas que incurren en este delito son abusadores sexuales”. El año pasado se logró una sentencia de un total de 10 casos. El culpable fue un profesor que, a través de una falsa amistad, tenía en su poder fotos y mensajes de su alumna. “El procesado visitaba la casa de la menor, se ganó su confianza. En las indagaciones se observó que las conversaciones de WhatsApp estaban subidas de tono, incluso se concretaba un encuentro donde a la chica se le solicitaban situaciones que no son normales entre estudiante y profesor”. La fiscal refiere que la madre de la menor se dio cuenta de lo que sucedía con su hija, y enseguida puso la denuncia. El maestro fue separado del plantel y condenado por este delito. Soria precisa que la institución cuenta con servicios de atención psicológica para las víctimas. Señala que los chicos inmersos en estas situaciones bajan en notas y su carácter se vuelve colérico o melancólico. Esta actividad ilícita está tipificada en el artículo 173 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), que trata del contacto con finalidad sexual con menores de 18 años por medios electrónicos. “La persona que por medio electrónico proponga concertar un encuentro con una persona menor de 18 años, siempre que tal propuesta se acompañe de actos materiales encaminados al acercamiento con finalidad sexual o erótica, será sancionada con pena privativa de libertad de 1 a 3 años”. Christian Espinoza, experto en redes sociales, cree que el control de los padres en las cuentas electrónicas que manejan sus hijos es importante para precautelar su seguridad. “La falta de guía hacia los menores es aprovechada por estas mafias que operan en el país”. Para Ivonne Daza, directora de la Dinapen, la falta de denuncia es uno de los principales problemas. “Las víctimas necesitan orientación, y es importante que los padres dejen manejar el caso a las autoridades policiales y judiciales”. (I) ---------------------- 12 casos de pornografía infantil hubo el año pasado Ivonne Daza, directora nacional de la Dinapen, indica que los casos de pornografía infantil se incrementaron, pues en 2015 se registraron cuatro, mientras que en 2016 hubo 12. Revela que el año pasado se rescataron 11 víctimas, pues este delito está enmarcado en casos de trata de personas. Generalmente son captados a través de las redes sociales. John Romo, fiscal de la Niñez y Adolescencia, explica que en su unidad recibieron casos de pornografía provocada por adolescentes. Quienes cometen este delito pueden ser sancionados hasta con 16 años de privación de la libertad. Señala que suele ocurrir por descuido, es decir, cuando se postean fotos por equivocación. (I)