El ‘negocio’ de la sangre, una pinta puede costar hasta $ 185 en un centro privado
Cuando se trata de emergencias médicas, los familiares más que nadie saben que la sangre tiene un precio. Un elemento tan vital para la vida varía en su costo, dependiendo del hospital donde se lo compre. Por ejemplo, en los hospitales de Guayaquil como el OmniHospital una pinta de sangre podría costar entre $ 140 y $ 150. En la Clínica Kennedy el precio ofertado es de $ 155, aunque si acude el donante puede costar $ 110, mientras que la Clínica Alcívar mantiene un costo de $ 189,50. Es todo un mercado basado en la sangre.
¿Por qué las diferencias en precios? Si bien el Ministerio de Salud (MSP) tiene el Programa Nacional de Sangre con costos establecidos para los hospitales públicos, no los tiene para los privados. Es decir que si un centro estatal ‘precisa’ de pintas de sangre, cada una costará en promedio $ 52,67. En las clínicas particulares aún se analiza crear un tarifario. En sí las pintas de sangre no tienen un costo, pero las casas de salud cobran por las ‘pruebas cruzadas y la tipificación’ del líquido, un proceso que requiere tiempo y conocimientos especializados.
¿Cómo funciona el mercado rojo?
La sangre y sus derivados son entendidos como productos estratégicos de utilidad pública y la Ley Orgánica de Salud no permite ningún tipo de lucro en su procesamiento o transfusión, pero sí recuperar el costo de procesamiento.
El coordinador de la Red de Servicio de Sangre de la Cruz Roja Ecuatoriana, Carlos Burneo, repite que la sangre no tiene precio, mas sí el procesamiento: el fraccionamiento, el almacenaje, la logística, y especialmente la serie de exámenes que se hacen a toda la sangre donada, como los que definen su tipo, los anticuerpos y los que detectan la sífilis o el VIH.
El costo de procesamiento aprobado por la Autoridad Sanitaria es de aproximadamente $132 por unidad. Esta cifra define los costos aprobados en el tarifario para el sector público y el usado para pacientes privados de la Cruz Roja.
En promedio se obtienen 2,5 productos de cada pinta. Este índice de fraccionamiento depende del tipo de bolsa usada y puede ir desde 1,9 a 2,8, lo que es determinado por la cantidad de desechos del proceso. Se produce un Concentrado de Glóbulos Rojos (CGR) que son las células rojas, un plasma que puede ser plasma fresco congelado (PFC) o plasma refrigerado (PR).
El IESS y el MSP le reconocen a la Cruz Roja Ecuatoriana, a través de los convenios negociados y suscritos, $ 52.67 por cada producto para adultos y $ 16,01 por cada CGR pediátrico, en base a un cálculo diferenciado.
A nivel privado (incluyendo clínicas y personas particulares) el costo está dividido en concentrado de glóbulos rojos (CGR) $ 85, concentrados de plaquetas $ 27, y plasmas o crioprecipitados $ 20.
Las clínicas privadas pueden a su vez definir costos de administración sobre los valores de procesamiento, y en este punto es cuando el ‘valor de la sangre’ aumenta.
Por ejemplo, los productos como concentrados de glóbulos rojos RHO+ van desde $ 85, y no tienen un valor máximo.
Los bancos de salud de los principales hospitales privados no reciben una entrega formal de la Cruz Roja, tampoco los centros de la Junta de Beneficencia de Guayaquil puesto que cuentan con su propia entidad que recolecta y procesa la sangre.
El director del Banco de Sangre de la Junta, Román Ochoa, señala que el laboratorio ubicado en la Maternidad Enrique Sotomayor cuenta con un sistema automatizado para realizar las pruebas serológicas e inmuno-hematológicas que determinan los grupos sanguíneos, fenotipos, anticuerpos irregulares, etc.
Asegura que hay pretensión de personas que se acercan a vender la sangre, pero eso está prohibido por la ley. “El familiar que necesite en ese momento para reponer la sangre, busca familiares o amigos”.
Según Ochoa, antes existía una colecta de sangre anual de 22.000 donaciones, pero en 2014 cerró con 21.000 pintas.
El precio que pueden recuperar del procesamiento de la sangre es de $ 72, así que las pintas son vendidas entre $ 85 y $ 90.
En las clínicas privadas, si un paciente no tiene dinero para una pinta será difícil que la consiga, mostrando que a veces la sangre sí tiene un precio.