El Telégrafo - «Cuidado, pintura fresca», La poesía de Maggie Torres

Leer la selecci&oacute;n de poemas que presenta aqu&iacute; Clinamen de la poeta paraguaya Maggie Torres (Asunci&oacute;n, 1981), me llev&oacute; directo al territorio &mdash;siempre en obras&mdash; de la memoria. El pasado salpicado por un aire cotidiano a infancia: unos ni&ntilde;os amaneciendo con lega&ntilde;as en los ojos frente al inicio de la programaci&oacute;n en la televisi&oacute;n p&uacute;blica, aquel se&ntilde;or de ce&ntilde;o fruncido que nos miraba siempre fijo y de manera algo perturbadora desde el cuadro apostado en la pared. S&iacute;mbolos de una &eacute;poca desde la mirada en construcci&oacute;n de un ni&ntilde;o. Uno se enfrenta a estos poemas, tambi&eacute;n, como el espectador que observa sigiloso el encuadre de realidad que transcurre enfrente. Las escenas que la poeta decide captar en estado a&uacute;n fresco, con toques de humor algunas veces, pareciera que acaban de ocurrir; como si fueran fotograf&iacute;as o instant&aacute;neas reci&eacute;n tomadas en un paseo entre el bullicio cotidiano en una Asunci&oacute;n en hora pico. Todo mezclado con la picard&iacute;a de expresiones joparas (palabras del guaran&iacute; dentro de construcciones del espa&ntilde;ol) que se escuchan en las calles, en el mercado, en el micro: &laquo;oikota la despelote,/ jaguaicha la &ntilde;emose&raquo;, dice en uno de los poemas. Pintura fresca que nos deja la ropa manchada si nos arrimamos demasiado cerca. Paola Gallo Te re-quiero, che pap&aacute; Sa&eacute; loo, amor a fullComo tu auto mbaret&eacute;,mi amor no tiene freno.Apretemos ah&iacute; adentrohasta entrar al korapy ajeno.Cuando su muralla reviente,tres por tres en a&ntilde;o nuevo,oikota la despelote,jaguaicha la &ntilde;emose.Si el kunu&rsquo;u arma bochinche,jahata preso o&ntilde;ondive.- Ve En principio, la ma&ntilde;ana era ruido blanco.Luego, unas barras verticales divid&iacute;an la bandera en tres partes. Sonaba el himno. La telatricolor se mov&iacute;a por turnos, y terminaba dividi&eacute;ndose en cuatro, ocho, diecis&eacute;isbanderitas flameantes que invad&iacute;an la pantalla entera.Al final de la transmisi&oacute;n, el se&ntilde;or del retrato. Con lega&ntilde;a y todo, parpade&aacute;bamos. Suspensi&oacute;n del silencio Iella sue&ntilde;a y que se ahoga en su lenguaella sue&ntilde;a y que no puede detener al grifo enjauladosue&ntilde;a que escarba las paredesy que las c&aacute;rcelesy que su garganta IIhu&eacute;rfanade un paladar que es cavernase declar&oacute; hija de una vozsalt&oacute; al vac&iacute;ose adopt&oacute; a s&iacute; misma en la nieblaIIIun grito de guerra se apagaen el momento en queel ojo se despega del dedo Reposa Flota sobre su reino de agua &aacute;cida.Ya invadi&oacute; todo el recipiente que lo contieneNo pienses m&aacute;s en tratar de tocarlo con un palito, cuchara, escarbadienteSi se mueve, corr&eacute;Si no se mueve, te est&aacute; mirandoEst&aacute; planeando salir del tupper y susurrar su nombre a tu o&iacute;do en plena nocheNadie te va a creer cuando despiertenPorque es imposible que un ser tan bueno, una quinta divisi&oacute;n de los seres vivientesLlena de graciasMultiplicadora de sanacionesImposible que te ataque, aunque sea con un leve sonido.No.No sirve que pellizques.Tampoco servir&aacute; que vuelvas a gritarleQu&eacute; lo que sos, qu&eacute; lo que sosNo esperes que tu casa, tu pieza, tu colecci&oacute;n de latitas siga siendo tuyaHace rato ya est&aacute; en tu torrente sangu&iacute;neo y quiz&aacute;s ya lleg&oacute; a tu cabeza.Cerr&aacute; los ojos. Par&aacute; la oreja.Mov&eacute; los labios lentamente mientras te dictaSoy Legi&oacute;nSymbiotic Culture Of Bacteria and YeastAKA Kombucha