El machismo en la sociedad, el conservadurismo religioso y los efectos secundarios de los anticonceptivos son algunas razones por las cuales algunas mujeres no utilizan ningún método de planificación familiar. 

Según una investigación del Instituto Guttmatcher (2015), las adversidades de métodos anticonceptivos hormonales como píldoras, inyecciones o implantes han provocado que mujeres de 52 países que participaron en la encuesta dejen de utilizar estos métodos para la prevención del embarazo.

En la publicación se resaltaron las quejas de las mujeres hacia las farmaceúticas por efectos secundarios como hemorragias, sangrado intermenstrual, presión arterial elevada, dolores de cabeza, náuseas, hinchazón, aumento de peso, sensibilidad en las mamas, cambios de humor etc.

En Ecuador, las mujeres de las comunidades rurales pueden acceder a implantes distribuidos por el Ministerio de Salud (MSP) que duran entre tres a cinco años. Se trata de una varilla pequeña que se coloca, por lo general, en la parte interna del antebrazo a través de una cirugía ambulatoria. 

No obstante, a pesar de la eficiencia del método anticonceptivo, algunas mujeres han expresado su preocupación por secuelas como cambios de humor, cansancio e -incluso- sangrado prolongado. 

El Instituto de Estadística y Censo del Ecuador (INEC) indicó que 2 de cada 10 mujeres no deciden sobre su salud sexual y reproductiva o cuentan con la información necesaria. En las comunidades indígenas del Ecuador solo un 72% de las mujeres tiene la información necesaria con respecto a planificación familiar y anticonceptivos. 

En este ámbito también afecta el papel de las religiones cristianas -como la católica- que no reconocen el uso de anticonceptivos en la planificación familiar. 

Por ejemplo, el papa Pablo VI aseguró en su carta Humanae Vitae que el uso de anticonceptivos lleva al goce egoísta, a la falta de respeto y al abuso de la mujer.  En la misiva, señaló que cualquier acción para hacer imposible la procreación está prohibida. En el 2016, el papa Francisco cuestionó las políticas mundiales de salud reproductiva y las relacionó con una “mentalidad antinatalista”. En las comunidades consultadas en la investigación "Machismo, religión y efectos secundarios frenan el uso de MAC" se conoció que algunas mujeres no usan anticonceptivos por miedo a ser cuestionadas por razones religiosas. 

El Estado garantiza la salud sexual y reproductiva. El MSP garantiza la distribución gratuita de métodos anticonceptivos a mayo del 2022. No obstante, los testimonios recogidos revelan que las mujeres deben adquirirlos con sus propios recursos pues no siempre los reciben. Una caja de píldoras anticonceptivas cuesta entre USD 4 y USD 10. 

De acuerdo a información del MSP, el anticonceptivo temporal más utilizado es la píldora. Entre las razones que explican esta preferencia están la decisión de la pareja masculina de no utilizar el condón debido a la incomodidad; el temor a la falta de placer en el hombre, y el mito de que puede afectar al miembro viril masculino. Ninguna de estas afirmaciones se basan en evidencia científica y tampoco otros mitos respecto a la salud reproductiva, como los que aseguran que el uso de MAC por periodos prolongados produce infertilidad, que perjudica a los ovarios e incluso que causa cáncer.