Caso de los 43 estudiantes de Iguala en México
Testigos dicen que tráfico de droga era habitual donde desaparecieron los normalistas
Autobuses entran y salen de la estación mexicana de Iguala (sur) cargados de pasajeros y, según fuentes consultadas por la AFP, a veces también de droga ocultada en cajas de huevos, una situación que investigadores independientes creen que pudo haber motivado la desaparición de 43 estudiantes.
La misteriosa ausencia en las investigaciones oficiales mexicanas de un quinto autobús que fue tomado por los estudiantes de Ayotzinapa la fatídica noche del 26 de septiembre del 2014 levantó las sospechas del grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que estima que podría ser un "elemento central" para entender el brutal ataque.
La toma de buses de los jóvenes para viajar a una manifestación en la Ciudad de México "podría haberse cruzado con la existencia de drogas ilícitas (o dinero) en uno de los autobuses, específicamente en ese autobús", esgrime el informe de la CIDH, que pide a las autoridades que abran esta línea de investigación.
El gobierno ha dicho que ya seguía esta línea pero que, al ser "muy delicada" y por la "presión social", decidió no difundirla públicamente.
De hecho, la "verdad histórica" que la fiscalía dio sobre el caso fue diferente.
La dependencia aseguró que los chicos fueron atacados por policías de Iguala compinchados con el cártel Guerreros Unidos y luego bárbaramente asesinados por los narcos porque creían que dos de los jóvenes pertenecían a una organización rival. También ha responsabilizado al alcalde de Iguala y a su mujer, presuntos altos mandos del cártel, de los hechos.
Las cajas con "huevos" en los maleteros
Para reforzar su hipótesis de que los jóvenes pudieron haber recibido un castigo por atentar "contra intereses de alto nivel", el informe de los investigadores independientes cita un caso judicial en Estados Unidos de diciembre de 2014 en el que se acusa a ocho presuntos miembros de Guerreros Unidos -que usaban celulares con el prefijo de Iguala y comunidades colindantes- de haber traficado droga en autobuses comerciales hasta Chicago.
Una fuente de la fiscalía mexicana confirmó a la AFP que Guerreros Unidos usa habitualmente autobuses de pasajeros para transportar paquetes con droga, principalmente goma de opio que luego se transforma en heroína, a Estados Unidos.
"La meten en cajas de huevos, de detergente o como si fuera (un servicio de) paquetería, no sólo como equipaje" y también usan mulas, dijo la fuente, teniendo en cuenta que el estado de Guerrero es la mayor zona de producción de amapola de México.
Los autobuses toman rutas que salen desde la violenta subregión "de Tierra Caliente hasta la frontera con Estados Unidos", culminando el viaje principalmente en Chicago, y el dinero de las ganancias regresa a México de manera similar, según esta fuente.
"Lleva este paquete y entrégalo"
Ubicada a un lado del bullicioso mercado municipal, unos 60 autobuses entran y salen cada día de la céntrica terminal Estrella Blanca, de donde los estudiantes de Ayotzinapa tomaron los buses hace un año.
Transportar droga "es una práctica (a la) que se recurre mucho en los autobuses. Te dicen lleva este paquete y entrégalo", dijo un chófer de la compañía Estrella Roja, a la que pertenecía el quinto autobús de los chicos, aunque aseguró que él nunca lo ha hecho.
Todos los autobuses de Estrella Roja que salen de Iguala van al estado de Morelos (centro), la otra zona de influencia de Guerreros Unidos donde han sido capturados varios implicados en el caso.
Otro veterano chófer de la empresa Costa Line, línea que también fue tomada por los estudiantes, dijo que muchas veces se aprovecha el camarote del conductor para esconder la droga.
Aunque "ya no es tan fácil, porque la policía federal hace revisiones sin avisar con perros" y, pese a la generosa paga que ofrecen los narcotraficantes, "nada vale tu libertad", acota.
La AFP contactó a la empresa EcoTER, responsable de Estrella Roja, y a Costa Line pero no quisieron hacer comentarios.
"Este es un método bastante sencillo de esconder droga, requiere muy pequeño volumen pero tiene muy alto valor y en las estaciones de autobús hay mucha menos vigilancia que en los aeropuertos", apunta el exoficial del servicio de inteligencia mexicano Alejandro Hope.
En Estrella Blanca, que ahora recibe visitas esporádicas de la policía federal, cinco empleados de una empresa de seguridad privada realizan rápidas inspecciones a los equipajes de los pasajeros sin ayuda de maquinaria ni perros.
Paralelamente, un presunto miembro de Guerreros Unidos en Iguala del que la AFP no pudo comprobar independientemente su identidad, explicó que la organización ha llegado a traficar droga en autobuses hasta tres veces por semana con cargas de hasta 90 kg.
La droga se mete "en los autobuses, en cajas de (360) huevos, empacada en bloques" y se lleva hasta varios puntos del país, describe el hombre de rostro rasguñado, que ya quiere salirse del "negocio".
"Los (policías) municipales sabían" que los buses salían de Iguala cargados de droga, pero tenían un acuerdo económico para dejarlos pasar. "Siempre que había algo, nos avisaban", asegura.
Y la fatídica noche del 26 de septiembre, "los compañeros dicen que sí, que varios autobuses (que tomaron los estudiantes) llevaban droga", afirma. (I)