Al menos unos 30 soldados de las fuerzas especiales británicas SAS que servían en ese regimiento cuando la princesa Diana de Gales y su pareja, el multimillonario egipcio Dodi Al Fayed, murieron en un accidente automovilístico en París, en agosto de 1997, fueron interrogados acerca de un presunto complot de asesinato a Lady Di.

Los veteranos, muchos aún siguen en ese regimiento de las SAS, fueron interrogados en una pesquisa que toma importancia nacional.

De acuerdo al periódico inglés Daily Express, el matutino que reveló la información, el jefe de las Fuerzas Especiales del Reino Unido, el general Mark Carleton-Smith, se lamentó ante el príncipe Carlos por el escándalo provocado y los trastornos a la Familia Real, en especial a los hijos de Diana: William y Harry. "Hubo una comunicación privada entre las SAS y el príncipe de Gales acerca de este asunto", informó una fuente de las FF.AA británicas.

Se trata de la primera vez que un alto mando militar del Ejército pide disculpa a la Familia Real  por las acciones de sus miembros.

Las autoridades de las SAS lanzaron una investigación acerca del presunto complot por el cual un escuadrón de ese regimiento trató de asesinar a Diana y Dodi en el túnel del Puente del Alma, la noche del 31 de agosto de 1997.

Las FF.AA. buscan determinar las denuncias y si se hizo algo para establecerse la verdad del asunto.

El tema fue discutido en altas esferas del Gobierno británico, incluso en presencia del premier David Cameron. "Hace dos semanas, nadie creía que Diana había sido asesinada, y menos aún que las SAS  habían estado implicadas", indicó una fuente de Whitehall. "Pero las denuncias no se van y llegamos al punto en que hay humo sin haber fuego. Hay funcionarios del Gobierno que se preguntan si habría elementos mafiosos en las SAS o una unidad especial de ex miembros que participaron de su muerte ( Diana)", agregó el portavoz gubernamental.

El Daily Express incluso reveló esta semana que un alto oficial del Ejército admitió que “no se tomó ninguna acción específica” por parte de la Policía Real Militar cuando se alertó sobre el complot de asesinato en septiembre de 2011.

La polémica enfureció también a los allegados de Dodi, en particular a su padre y dueño de la cadena Harrods Mohamed Al Fayed, quien culpa al esposo de la reina Isabel II, el príncipe Felipe de Edimburgo, por haber ideado el plan de asesinato.

Las sospechas por una participación militar en la muerte de Diana salieron a la luz hace dos años en una carta de la suegra de un soldado de las SAS, conocido  como “soldado N”, a un oficial de ese regimiento, en la que la mujer denunciaba que el soldado había amenazado con matar a su esposa e hija.  

La mujer escribió: “Él le dijo (a su esposa) que fue X quien planeó la muerte de la princesa Diana y que el asesinato fue encubierto”.

Según una pesquisa policial que concluyó en 2008, la muerte de Lady Di y de Dodi se produjo porque no llevaban puestos sus cinturones de seguridad, y debido a que Paul conducía ebrio.