Los indecisos suman el 10,9%
Scioli y Macri enarbolan la bandera del "cambio"
“Cambio” es la palabra que domina hoy la campaña electoral en Argentina de cara al histórico balotaje del 22 de noviembre. La repite hasta el cansancio Mauricio Macri, candidato presidencial por la derechista alianza Cambiemos, y la adopta cada vez más el postulante del Frente para la Victoria, Daniel Scioli.
El motivo es simple: más de 6 de cada 10 argentinos votaron por una opción de cambio en la primera vuelta del 25 de octubre cuando Scioli obtuvo el 37,08% de los votos. Se trató de una cifra considerable tras 12 años de gestión “kirchnerista”, pero que no le alcanzó para suceder de manera inmediata a Cristina Fernández. Y para buscar a ese 30% que no eligió ni a Scioli ni a Macri (que obtuvo el 34,15%) seducir con la palabra “cambio” se ha convertido paradójicamente en una necesidad. Hoy Scioli necesita diferenciarse del “kirchnerismo” para ganar el balotaje.
El candidato oficialista sabe que el 37% que consiguió en octubre es mayoritariamente el “voto duro” kirchnerista, un piso desde el cual deberá crecer si quiere llegar a 50% más uno para vencer a Macri. Y ahora, a menos de dos semanas de las elecciones, busca convencer a los argentinos de que solo él garantiza un cambio “moderado”.
La ecuación de campaña del “sciolismo” es llegar a un equilibrio: mantener las importantes conquistas sociales del gobierno sobre las que hay un consenso mayoritario y dejar atrás los puntos negativos que un sector importante de la sociedad le endilga al “kirchnerismo”, como sus modos de gobernar (que juzgan soberbios), sus “peleas”, una inflación alta, manipulación de estadísticas y casos de corrupción. En concreto, “seducir” al sector de la clase media que alguna vez acompañó al gobierno y hoy está “enojado”.
El nuevo spot de Scioli sintetiza su nueva estrategia de campaña. “Yo sé que algunos están enojados. Pero no creo que estén enojados con la Asignación Universal por Hijo, ni con las netbooks que recibe cada estudiante en las escuelas ni con las casas de (plan oficial de vivienda) Procrear, ni haber recuperado YPF, Aerolíneas Argentinas, los ferrocarriles y muchos logros más. Quizás estén enojados con las peleas. Pero conmigo es distinto. Yo soy un hombre de diálogo como ya lo demostré en mi vida, moderado y pacífico.
Pero decidido. Yo puedo darte a vos el cambio que esperas pero sin los riesgos del pasado”, afirma el candidato oficialista.
La campaña publicitaria que comenzó a verse en los espacios televisivos el lunes culmina con una voz en off que anuncia: “que gane el país, que gane Scioli”.
La estrategia no es nueva. La utilizó incluso el expresidente Carlos Menem en las elecciones de 2003 cuando aparecía en un spot afirmando: “yo sé que hay gente enojada conmigo...”. La novedad es que el “kichnerismo” divide ahora su campaña en dos: por un lado, los ataques a Macri a quien le endilgan un regreso a las épocas del neoliberalismo y por el otro, la “sciolización” del discurso para buscar votos indecisos y de peronistas desencantados con el gobierno y que desean un punto medio con cambios dentro de una continuidad de las políticas públicas.
Según el último sondeo de la consultora Management & Fit, los indecisos suman una apetecible franja de 10,9%. Macri lidera la encuesta con el 46,3% de las intenciones de voto y Scioli suma el 40,2%. Los votos en blanco o impugnados serían 2,4% y el 0,2% planea no sufragar. El voto es obligatorio en el país austral. Scioli debe seducir a los votantes de Sergio Massa si quiere ganar. (I)