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El regreso de las empresas transnacionales aún demoraría unos meses

Rohani: “Si la otra parte honra sus promesas, honraremos las nuestras”

El presidente de Irán, Hassan Rohani, ofreció ayer un discurso televisado en el que mostró su satisfacción por el preacuerdo logrado con las potencias. Foto: AFP
El presidente de Irán, Hassan Rohani, ofreció ayer un discurso televisado en el que mostró su satisfacción por el preacuerdo logrado con las potencias. Foto: AFP
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El presidente iraní, Hassan Rohani, afirmó ayer que un acuerdo nuclear definitivo con las grandes potencias podrá cerrarse si ambas partes mantienen sus promesas. “Si la otra parte honra sus promesas, honraremos las nuestras” para alcanzar un acuerdo “equilibrado”, afirmó en una declaración difundida en directo por la televisión pública.

Un acuerdo “abriría una nueva página” para Irán y el mundo, aseguró Rohani, un día después de que Teherán y las grandes potencias alcanzaran un compromiso que esboza las grandes líneas de un histórico acuerdo destinado a impedir a Teherán dotarse de la bomba atómica.

Debido a la importancia del pacto, el equipo de negociadores iraníes fue acogido calurosamente al retornar a Teherán. Decenas de jóvenes organizaron un pequeño comité de acogida al ministro de Exteriores, Mohamad Javad Zarif, y a su equipo de expertos, que lideraron las negociaciones en Suiza.

Los jóvenes acompañaron al cortejo mientras aplaudían al equipo iraní, y Zarif, sonriente, los saludaba, según imágenes divulgadas por la televisión de Estado.

En un breve comentario en el aeropuerto de Mehrabad, Zarif agradeció al Guía supremo, el ayatolá Ali Jamenei, quien tiene la última palabra en el tema nuclear, por su “notable apoyo al equipo negociador”.

El acuerdo marco sobre el programa nuclear iraní, que anuncia el levantamiento de las sanciones contra el país, es una oportunidad para las compañías petroleras extranjeras, pero no antes de varios meses o incluso años, y bajo ciertas condiciones.

El acuerdo “podría suponer una primera etapa hacia un retorno de las compañías occidentales” a Irán, según un analista del sector.

La sanciones decretadas contra Irán por Estados Unidos, desde 1979, y a partir de 2006 por la ONU y la Unión Europea, provocaron una salida progresiva de las mayores petroleras. La francesa Total fue la última en dejar el país, en 2008. Solo quedan presentes en Irán algunas compañías chinas e indias.

La perspectiva de un levantamiento de estas sanciones tiene un gran potencial.

Irán sigue siendo el quinto mayor productor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), pese a las sanciones, con una producción de 2,81 millones de barriles diarios (mbd) en promedio en 2014 (frente a 4 mbd en 2008).

En lo que respecta al gas, el país tiene las segundas reservas mundiales, después de Rusia, gracias especialmente a su yacimiento de South Pars.

“Irán es un país de considerable potencial petrolero y gasífero. Pocos países tienen ambos a la vez”, asegura Francis Perrin, presidente del grupo de revistas especializadas Estrategias y Políticas Energéticas (SPE).

Aunque si hay un regreso de las petroleras occidentales, no será antes de por lo menos varios meses, advierte Pierre Terzian, director de la revista Pétrostratégies.

“El levantamiento de las sanciones no se producirá antes de junio, porque el acuerdo es un acuerdo político de grandes principios. Habrá que trabajar los detalles técnicos y llegar a un acuerdo definitivo” de aquí al 30 de junio, asegura.

Además, como lo recordó el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, no hay aún acuerdo sobre el calendario del levantamiento de las sanciones económicas. Teherán quería durante las negociaciones un levantamiento inmediato.

Una vez levantadas las sanciones, Irán podría ante todo colocar en el mercado las reservas de petróleo que ha acumulado. Luego podría, “antes de fin de año, recuperar niveles (de producción) significativos”, opina Guy Maisonnier, economista del centro de investigación IFP Energies Nouvelles.

Ello dependerá del estado de las instalaciones de extracción y refinado iraníes, ya que el país ha prescindido durante varios años de las tecnologías de las compañías occidentales y del acceso a material de recambio.

Irán ya ha demostrado su deseo de que regresen las compañías. En el Foro Económico de Davos en 2014 el presidente Hasan Rohani llamó a los occidentales a retornar a Irán para invertir en el sector energético.

Pero todo dependerá de las condiciones que se les ofrezca. “Para que las compañías vuelvan a Irán, los aspectos fiscales de los contratos deben ser interesantes, y tal no era el caso antes de las sanciones. El sistema iraní de contratos denominado +buy-back+ era demasiado arriesgado para las compañías internacionales”, opina Bertrand Hodée, analista de la empresa de corretaje Raymond James.

La mayoría de los contratos petroleros en el mundo son concesiones o contratos de reparto de producción. Irán sin embargo apuesta por esos contratos  ‘buy-back’, o contratos de servicio de duración limitada, en los que las compañías son remuneradas por las inversiones que realizan en las instalaciones, y la producción acaba en manos de la compañía nacional petrolera, NIOC. (I)  

Falta por definir calendario para levantar castigos

Los iraníes desean que se levanten rápidamente las sanciones, que ahogan desde hace años la economía del país. Pero estas no serán levantadas de una sola vez, sino aligeradas gradualmente, en función de los informes de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).

En los 3 próximos meses, los expertos internacionales elaborarán un calendario preciso para determinar qué sanciones serán levantadas, en qué momento, y en función de qué medidas concretas tomadas por Teherán.

“Hemos sido muy claros, a la vez públicamente y en privado: un acuerdo final no estará basado en promesas. Estará basado en pruebas”, repitió el secretario de Estado norteamericano John Kerry, principal artífice del compromiso con su homólogo iraní Mohamad Javad Zarif.

Pero el acuerdo marco de Lausana “no fija un calendario específico para que Irán se pliegue a las medidas pedidas en el marco de la investigación de la AIEA”, subraya la analista Kelsey Davenport, especialista en asuntos de no proliferación.

Por su lado, Vaez destaca que las presiones de los republicanos podrían dificultar el levantamiento de las sanciones estadounidenses contra la República Islámica.

Además, un proyecto de ley que debe ser votado el 14 de abril podría obligar al presidente Obama a requerir la autorización de los congresistas para firmar un acuerdo final, pero el mandatario podría vetar la norma. (I) 

EL ACUERDO

Irán se comprometió a reducir en dos tercios el número de sus centrifugadoras, que permiten enriquecer uranio para conservar 6.000 de las 19.000 actuales (10.000 de ellas en funcionamiento).  

Además las reservas de uranio enriquecido que tiene Irán serán casi totalmente reducidas, en un 98%.

El reactor de agua pesada de Arak, que preocupaba especialmente a los occidentales, será reconfigurado para que ya no pueda producir plutonio, otro medio diferente al uranio para llegar a la bomba, y será sometido a draconianas inspecciones por parte de la ONU.

A cambio de estos compromisos, el texto prevé que las sanciones norteamericanas, europeas y de Naciones Unidas se levantarán en función de que Teherán respete sus promesas, pero también podrían ser restablecidas si es que los inspectores detectan una falta del país persa. 

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