Colombia.-

El máximo jefe de la guerrilla colombiana de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Guillermo León Sáenz Vargas, alias “Alfonso Cano”, fue abatido el viernes por el Ejército, en lo que el presidente Juan Manuel Santos calificó como “el golpe más contundente” recibido por ese grupo rebelde.

La muerte de Cano, quien asumió la jefatura máxima de la guerrilla comunista colombiana FARC en 2008, en sustitución del fundador Manuel Marulanda, obliga a ese grupo rebelde a escoger su reemplazo en una comandancia que se ha quedado sin sus líderes históricos.

Cano, de 63 años, era considerado en los años recientes como el principal ideólogo de las FARC, e incluso antes de asumir la jefatura máxima, como el líder más fuerte del ala política.

En el secretariado (mando central) de las FARC quedan, tras la muerte de Cano: Luciano Marín, alias “Iván Márquez”, comandante del bloque Caribe; Timoleón Jiménez, alias “Timochenko”, comandante del bloque del Magdalena Medio; Mauricio Jaramillo, dirigente del bloque comandante Jorge Briceño; Pablo Catatumbo, comandante del comando conjunto para Occidente; Félix Antonio Muñoz, alias “Pastor Alape”; y Milton Toncel, alias “Joaquín Gómez”, comandante del bloque sur.

Márquez es considerado cercano a Cano, a quien acompañó a negociaciones en Caracas en 1991 y en México en 1992. “Timochenko”, médico de profesión, es considerado un líder fuerte del ala militar.

El bloque que comanda Jaramillo reúne a más de la mitad de los integrantes de las FARC. “Catacumbo” es considerado como un hombre muy cercano a Cano, a quien acompañaba con frecuencia. 

Mientras que Gómez es uno de los principales jefes militares de la guerrilla, y Alape, por su parte, es el integrante más reciente del secretariado de las FARC, al que ingresó en reemplazo del “Mono Jojoy”.

Según Ariel Ávila, de la ONG Corporación Nuevo Arco Iris, que estudia el conflicto armado de Colombia, alias “Iván Márquez” o  alias “Timochenko”, número dos y tres al mando, respectivamente, son los comandantes guerrilleros con mayor probabilidad de reemplazar a Cano.

Una fuente de inteligencia militar coincidió con Ávila en que “no se puede esperar desmovilizaciones masivas”, y señaló que para el secretariado (comandancia) de la guerrilla es una prueba demostrar que las FARC están cohesionadas y no se van a desmoronar.

“La muerte de Cano llevaría a un proceso irreversible de debilitamiento estructural, ya que, si bien físicamente va a haber un relevo rápido en el mando, tras una lucha interna por el poder, no se va a llenar el vacío de la ascendencia que tenía Cano”, apuntó la fuente.

Gustavo Rosales, director del Instituto de Estudios Geoestratégicos y Asuntos Políticos de la Universidad Nueva Granada de Bogotá, aseguró que “la línea sucesorial de las FARC está totalmente prevista”.

“La muerte de Cano no significa que estemos a las puertas de una rendición, o en su defecto del inicio inmediato de un proceso de negociación”, estimó. Sin embargo, Rosales no descartó un eventual diálogo de paz en el próximo período presidencial.

El Presidente Santos exige desmovilización

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, hizo un llamado a las FARC para que se desmovilicen, caso contrario, “terminarán en una cárcel o en una tumba”.

Tras confirmar la caída de alias “Alfonso Cano”, Santos dijo que “cayó el número uno de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, comunistas). Este es el golpe más contundente que han recibido en toda su historia”, dijo Santos en una alocución desde la ciudad de Cartagena (norte).

“No debemos ser triunfalistas, debemos perseverar e insistir hasta lograr un país en paz donde todos podamos trabajar por un futuro mejor”, añadió el mandatario.

El cuerpo del abatido líder de las FARC permanecía este sábado fuertemente custodiado en la morgue del estatal Instituto de Medicina Legal en la ciudad de Popayán (650 km al suroeste de Bogotá), según fuentes oficiales.