Miles marchan para pedir empleo
Madrid/Nueva York/París/Atenas.-
Habitantes de todos los continentes, desde América hasta Oceanía, pasando por Europa, África y Asia, marcharon ayer por un mismo fin: pedir empleo y mejoras salariales en medio de una crisis económica, que se prevé cerrará el año 2012 con más de 200 millones de “parados”, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Las calles de diversas capitales europeas lucieron abarrotadas de trabajadores que marcharon para defender sus derechos, en un 1 de mayo marcado por un ambiente general de medidas de austeridad, sobre todo en países como España, que bordea los 6’000.000 de desempleados, entre ellos 100.000 ecuatorianos, de acuerdo con datos de la Asociación Ecuatoriana Rumiñahui en la nación española.
En Madrid, las personas protestaron contra los recortes sociales y la reforma laboral recien aprobada por el gobierno conservador de Mariano Rajoy.
Tras una gran pancarta en la que se podía leer “Quieren acabar con todo. Trabajo, dignidad, derechos”, los manifestantes recorrieron el centro de la capital española desde la plaza de Neptuno hasta la conocida Puerta del Sol.
“Tengo a mis hijas, de 22 y 28 años, que no trabajan”, reclamó Josefa Martínez Fernández, de 51 años. La movilización madrileña se repitió por cerca de otras ochenta ciudades españolas, como Barcelona, Sevilla o Valencia, en todas se desarrolló en un ambiente tranquilo y sin incidentes.
En Grecia, que vive su quinto año de recesión consecutiva y celebrará elecciones legislativas el domingo, unas 18.000 personas, sobre todo comunistas, participaron en las manifestaciones.
Según la Policía, más de 8.000 militantes del Frente de Lucha de los Trabajadores (Pame), cercano al Partido Comunista, se manifestaron en Aspropyrgos, a 35 km de Atenas, donde está situada la fábrica de siderurgia del grupo Hellenic Halyvurgia, cuyos empleados están en huelga desde hace meses por los recortes salariales.
Sindicalistas, militantes de izquierda, partidarios del presidente Nicolas Sarkozy y activistas del Frente Nacional (ultraderecha) de Marine Le Pen, salieron a la calle por separado en un 1 de mayo muy politizado, a 5 días de la segunda vuelta de las presidenciales en Francia.
En América Latina, las marchas también fueron masivas. Cuba celebró el 1 de mayo con sus habituales desfiles, cuya principal novedad fue la participación de trabajadores del emergente sector privado de la isla en una jornada dedicada a reafirmar la unidad en torno a la “actualización” de su modelo económico.
El presidente Raúl Castro encabezó el acto principal en la Plaza de la Revolución de La Habana, donde tuvo lugar el tradicional y multitudinario desfile que en esta ocasión abrió el sector de la sanidad cubana detrás de una gran pancarta con el lema “Preservar y perfeccionar el socialismo”.
Obreros y ciudadanos hondureños convocados por el Bloque Popular, el Frente Nacional de Resistencia y el partido Libertad y Refundación, marcharon también ayer bajo la lluvia en una decena de ciudades. Los trabajadores del país más violento del mundo expresaron sus tradicionales mensajes de rechazo contra viejos males sin resolver, como la pobreza y el desempleo, que abate a la mitad de la población activa, superior a los 3,5 millones de personas.
Los simpatizantes del movimiento “Ocupa Wall Street” iniciaron su jornada de protestas en Nueva York y otras ciudades de Estados Unidos con motivo del Día del Trabajo bajo una fuerte presencia policial y todas las miradas puestas en la gran manifestación que tenía previsto recorrer por la tarde el sur de Manhattan.
Con la lucha contra el empleo no registrado como eje central de las políticas laborales y tres actos distintos en esta capital, Argentina celebró ayer este día.
Hoy, “la centralidad de las políticas laborales es hacer retroceder más el trabajo no registrado. No es con cualquier trabajo que vamos a hacer a la Argentina más inclusiva”, señaló ayer el ministro del ramo, Carlos Tomada.
Miles de personas del Sudeste asiático también protestaron ayer para acabar con la mano de obra barata. En Indonesia, Camboya, y Filipinas, los ciudadanos reclamaron salarios para enfrentar el incremento de los precios, sobre todo de los alimentos, y otras mejoras en las condiciones laborales.