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Los gremios organizan un paro nacional para fines de marzo o principios de abril

Los trabajadores argentinos dicen no al ajuste y se movilizan

Miles de trabajadores participan en una manifestación convocada por los sindicatos, en Buenos Aires.
Miles de trabajadores participan en una manifestación convocada por los sindicatos, en Buenos Aires.
Foto: AFP
08 de marzo de 2017 - 00:00 - Marcelo Izquierdo, corresponsal en Buenos Aires

El sindicalismo argentino unido sentó las bases para su primer paro general contra el gobierno de Mauricio Macri. El paso inicial fue contundente: miles de trabajadores, militantes políticos y sociales salieron a las calles, en el corazón de Buenos Aires, ayer en protesta contra la política económica y de ajuste del gobierno.

“Habrá medidas de fuerza en Argentina para fines de mes”, dijo Juan Carlos Schmid, uno de los miembros del triunvirato de la Confederación General del Trabajo (CGT), convocante de la movilización.

Carlos Acuña, otro de los titulares de la central obrera, indicó que “la CGT seguirá esta lucha en defensa de la industria nacional, de las Pymes, en defensa de los trabajadores ocupados y desocupados, y si no hay respuesta la CGT le va poner fecha a un paro nacional a fines de marzo o principios de abril. Están todos convocados a esta lucha”, sostuvo.

La huelga nacional, pactada por  el arco gremial, se enmarca en una compleja situación social y económica que envuelve al país austral a un año y tres meses de la asunción del mandatario. El paro se realizará entre fines de este mes y principios de abril.

La masiva movilización convocada por la CGT, a la que adhirieron las dos ramas de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA, izquierda), la cámara de la mediana empresa, organizaciones sociales y el peronismo, coincidió con el último día de un paro docente de 48 horas que paralizó el inicio del ciclo lectivo en el país. Los docentes, que se movilizaron el lunes en forma masiva en el Congreso, se sumaron con sus pancartas a la marcha obrera.

La concentración se realizó frente al Ministerio de la Producción, a 300 metros de la histórica Plaza de Mayo y la Casa Rosada, sede de gobierno. Los distintos gremios de la CGT y la CTA, así como grupos de militantes de organizaciones sociales (“piqueteros”) y de partidos políticos como la izquierda radical y moderada, el peronismo (en sus distintas vertientes, incluidos el “kirchnerismo” y el Frente Renovador del excandidato presidencial Sergio Massa), se unieron para exigir un cambio de rumbo en el plan económico del gobierno.

La protesta contó con la adhesión de más de 1.000 personalidades de la cultura, el periodismo y el mundo científico que firmaron un documento explicando que marchaban ante “la preocupante situación de deterioro económico, institucional y social” que vive el país “producto de las medidas implementadas a partir de la llegada al gobierno del presidente Mauricio Macri”.

Entre los firmantes estaban el actor Pablo Echarri, el rockero conocido como el Indio Solari, fundador de la mítica banda Los Redonditos de Ricota; el periodista Víctor Hugo Morales, las cantantes Adriana Varela y Teresa Parodi, las actrices Cecilia Roth y Cristina Banegas y el exjuez de la Corte Suprema de Justicia Eugenio Zafaroni.

“Vine porque estoy en contra de estas políticas neoliberales de exclusión del pueblo argentino y porque estoy en contra del ajuste, los tarifazos y el desempleo”, dijo a     EL TELÉGRAFO Aníbal Calloni, vendedor de artículos de librería, camino a la movilización.

La situación económica y social de Argentina se agravó en los últimos meses en el marco de despidos en los sectores público y privado (la CGT estima que se perdieron 400.000 empleos y el gobierno admite solo 120.000), una inflación que en 2016 superó el 40%, “tarifazos” en los servicios esenciales y una política de apertura a las importaciones que propinó un golpe al corazón a varias industrias, como la textil y tecnológica. Además, en el último año se generaron 1,4 millones de nuevos pobres.

“Al país lo veo mal con su base productiva para atrás, muchas fábricas cerrando por la apertura indiscriminada de las importaciones, la Pymes y comercios sufren los ajustes, pierden su capital y mercadería. Además, cuesta pagar los impuestos. La rentabilidad baja en todos los sectores”, grafica Calloni, antiguo afiliado a la Unión Cívica Radical (UCR), partido tradicional que hoy integra la alianza oficialista Cambiemos.

Las protestas están en las puertas de un año electoral

Desde el gobierno, el presidente Macri respondió que la movilización y la convocatoria a un paro se enmarcan en el inicio de un año electoral. Argentina tendrá unos cruciales comicios legislativos a fines de 2017.

“Claramente, todas las cosas que estamos viendo muestran que hay una ansiedad por disparar el año electoral que va en contra de lo que necesitan los argentinos, que es armonía, tranquilidad, trabajar en resolver los temas. Ese es el camino del progreso”, afirmó Macri. (I)

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1,4 millones de pobres generó Macri en 3 meses

El derechista Mauricio Macri llegó al poder en Argentina el 10 de diciembre de 2015 y solo en los tres primeros meses de su gestión dio un vuelco de 180 grados al país austral generando 1,4 millones de nuevos pobres.

En enero de 2016, cuando el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, dio a conocer el programa económico, explicó que se implementarían recortes en el gasto público (despidos y quita de subsidios) y metas de inflación, en pos de una normalización macroeconómica que, según prometió Macri, tiene un objetivo central: “pobreza cero”.

Sin embargo, la inflación consumió en apenas un trimestre la mitad de la meta anual y alcanzó el 35%. Y en el intermedio el desempleo se aceleró y la promesa de “pobreza cero” quedó lejos.

El consumo de alimentos y bebidas descendió el 50% entre los sectores más desposeídos y se anunciaron 107.000 despidos entre el sector público y el privado, solo en el primer bimestre de 2016. En concreto, las medidas generaron 1,4 millones de nuevos pobres, de los cuales 350.000 personas cayeron en la indigencia, según el cálculo del Centro de Investigación y Formación de la Central de Trabajadores Argentina (CTA).

Según el diario Página 12, en términos porcentuales, entre 2011 y 2015 la tasa de personas pobres se elevó el 17,4%. Con Macri, en cambio, en su primer trimestre la pobreza subió el 18,9%.

Para entonces, las clases medias y altas también respaldaban medidas económicas como la liberalización del mercado cambiario que favorece el acceso al dólar (la regulación fue implementada en el gobierno de la expresidenta Cristina Kirchner el 31 de diciembre de 2011 para proteger la moneda nacional). Un día después de levantar el cepo el tipo de cambio pasó de $ 9,84 a $ 13,95: con una devaluación de 42% del peso argentino. A esto se sumó la quita de retenciones a las exportaciones de granos y hasta el acuerdo con los “fondos buitre” aprobado por el Congreso.

Pero las clases más postergadas vieron que sus salarios ya no les alcanzaba por los fuertes aumentos de precios de los alimentos -que en el caso de la carne, plato tradicional de la mesa argentina, superaba el 50% en tres meses- y un “tarifazo” de hasta el 700 %  en las planillas de luz y de gas, que fueron frenadas por medidas cautelares y rebajadas a 400 %.

Macri también desmontó a través de un decreto de necesidad y urgencia la llamada ley de medios, que obligaba al Grupo Clarín a desinvertir. Otro dictamen que firmó Macri, pasando por encima del Congreso, fue el fallido nombramiento de dos jueces de la Corte Suprema de Justicia.

Estos sacudones en la vida cotidiana de los argentinos hicieron decrecer notoriamente el optimismo que todo cambio de gobierno llega aparejado en democracia. (I)

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