Los colombianos hacen retumbar sus voces por la libertad de rehenes
Los miles de colombianos con camisetas blancas y banderas que marcharon ayer por todo el país en contra de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), el secuestro y la violencia unieron sus voces con gritos simbólicos que retumbaron al mediodía en todas las plazas para pedir por la libertad de los rehenes.
Las manifestaciones, que empezaron a las 10:00 y algunas de ellas bajo la lluvia, se realizaron diez días después del asesinato de cuatro uniformados que los insurgentes mantenían como rehenes desde hacía más de 12 años.
Andrés Santiago, vocero de una de las organizaciones que convocó las marchas a través de las redes sociales, manifestó que estas tienen como fin la libertad inmediata de policías, civiles y militares que permanecen en poder de los grupos armados ilegales.
Tras las movilizaciones, ciudadanos de todos los estratos sociales, edades y condiciones se congregaron en las céntricas plazas de las principales ciudades, entre ellas la plaza Bolívar en Bogotá, la que registró mayor afluencia y reunió además a los familiares de los secuestrados.
En la jornada también participaron el presidente Juan Manuel Santos, funcionarios del gobierno y mandos militares. Santos se unió a la movilización en la población de Villeta, cercana a Bogotá, en donde aseguró que los colombianos quieren “un país en paz, un país libre de secuestros, libre de violencia”.
El mandatario agregó que, con estas marchas, el país quiere decirle al mundo entero que Colombia está unida, que “no vamos a permitir que siga la violencia, que siga el secuestro y que estamos hastiados”.
“Libérenlos ya, sin condiciones, como un paso y una demostración de que hay una intención de llegar a un acuerdo para la paz”, advirtió Santos más adelante, en mensaje a las FARC.
El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, destacó, por su parte, que se trató de una movilización sin agenda política. “Es emocionante ver ciudadanos comunes en las calles, o apoyando seguramente a través de las redes sociales o desde sus casas”, expresó Pinzón en el Monumento a los Héroes caídos, en Bogotá, donde se unió a la jornada.
Aunque los voceros como Andrés Santiago aclararon que la movilización no es contra nadie, sino una exigencia de libertad, los carteles con mensajes de rechazo a las FARC, el principal grupo rebelde del país, destacaban entre los ciudadanos que marcharon.
En cada una de las marchas el clamor de los manifestantes era similar, “libérenlos ya”, “no más secuestro, no más violencia, no más FARC”, repetían.
“Le pido a las FARC que me devuelvan a mi hija, ya son 14 años sin ella”, clamó Ruth, una de las tantas familiares de víctimas del secuestro que se unieron a las marchas en la ciudad de Medellín (400 km al noroeste de Bogotá).
Johan Steven, el hijo del sargento mayor del Ejército José Libio Martínez, asesinado el pasado 26 de noviembre por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tras casi 14 años de cautiverio, lideró la marcha en Pasto, capital de Nariño.
“Estamos diciendo no al rescate a sangre y fuego”, expresó la líder de Asfamipaz, Marleny Orjuela, mensaje que respaldó Patricia Trujillo, hermana del policía Jorge Trujillo Solarte, secuestrado por las FARC en julio de 1999.