El primer ministro británico, David Cameron, convocó para mañana a una sesión extraordinaria en el Parlamento. Allí se votará por una posible intervención militar en Siria, tras el presunto ataque con armas químicas del miércoles pasado en un suburbio de Damasco.

Luego de suspender sus vacaciones de verano en Cornualles, en el suroeste de Inglaterra, y de regresar a Londres, el Primer Ministro anunció que el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, aceptó el pedido de Cameron para que se convocara a la sesión extraordinaria.

Cameron, que no precisa de la aprobación de los legisladores para decidir lanzar el ataque o desplegar tropas británicas, afirmó que los parlamentarios podrán votar en una “moción clara” si aceptan o no un operativo militar en Siria.       

La votación podría terminar siendo un fuerte revés para el mandatario británico, principalmente debido a un creciente número de diputados “rebeldes” y opositores a la medida.

Además, la oposición laborista amenazó al primer ministro David Cameron con bloquear cualquier intento del gobierno británico para atacar a Siria.

El laborista Douglas Alexander, el ministro de Exterior en la sombra, dijo que su partido no apoyará ninguna intervención militar a menos que Cameron “responda las cuestiones básicas” sobre los objetivos militares del Reino Unido en el país árabe.

Adam Holloway, parlamentario conservador por la circunscripción inglesa de Gravesham y quien fue soldado, dijo que involucrar a Gran Bretaña en una nueva guerra es una “estupidez pura”.    

Por su parte, Dominic Grieve, el fiscal general de Gran Bretaña, se comunicó con Cameron para advertirle que una intervención militar británica en Siria solo será legal si se demuestra fehacientemente que el régimen de Bashar Al-Assad fue el responsable por el supuesto ataque con armas químicas.   

Leonardo Boix
Corresponsal en Londres