Indignados de Wall Street se sienten ganadores
Los "indignados" del movimiento "Ocupa Wall Street" se consideraron este viernes ganadores del pulso contra el Ayuntamiento de Nueva York al evitar su desalojo del parque que ocupan desde hace casi un mes y anunciaron que se suman a la jornada de protesta global del sábado.
"Estamos ganando. El poder del pueblo triunfa sobre la apuesta de Wall Street", indicó hoy ese movimiento mediante un comunicado de prensa, en el que también anunciaban que ya se preparan para sumarse a la jornada de acción que grupos similares preparan para el sábado en más de 950 ciudades y 82 países del mundo.
La decisión de Brookfield Properties, los propietarios del parque Zucotti, ubicado en el centro financiero de Wall Street y donde acampan los "indignados" desde el 17 de septiembre, de posponer su limpieza y, en consecuencia, el desalojo de los manifestantes insufló así nuevos aires al movimiento, y evitó la confrontación.
Los "indignados" neoyorquinos llevan acampados desde entonces en ese lugar, en protesta por los excesos del sistema financiero, el elevado desempleo y la creciente desigualdad en Estados Unidos, y han protagonizado varios enfrentamientos con la Policía de la ciudad cuando han realizado marchas no autorizadas.
Desde que comenzaron las protestas en septiembre, casi un millar de personas han sido detenidas por la policía, que ha sido acusada en los tribunales por un grupo de manifestantes por "reprimir" sus derechos constitucionales al no permitirles seguir con sus protestas.
"El movimiento está creciendo y los manifestantes han probado que mediante la creatividad, la determinación, el buen humor y el compromiso con la no violencia que se merecen ser escuchados", dijo hoy Dan Cantor, director ejecutivo de la organización Partido de las Familias Trabajadoras (WFP) en Nueva York.
De momento "Ocupa Wall Street" ha pedido que familias neoyorquinas y del resto de EE.UU. se sumen a la protesta para subrayar "la amenaza que la avaricia de Wall Street supone para las generaciones futuras".
Les piden también que así eduquen a los niños sobre los problemas del actual sistema económico y les muestren alternativas que proporcionen "un futuro para la próxima generación".
"Para nosotros es una gran victoria. Demuestra que hemos ganado legitimidad y que no nos plegaremos ante una excusa semi-oficial para desalojarnos del parque", dijo hoy a Efe uno de los portavoces de ese movimiento y estudiante universitario, Mark Bray, de 25 años.
Las autoridades de la Gran Manzana, por su parte, han insistido en que la decisión de posponer la limpieza y el desalojo de este viernes correspondió únicamente a los propietarios del lugar, que habían pedido su ayuda porque consideraban que ya había problemas de insalubridad pública.
El vicealcalde de Nueva York, Cass Holloway, insistió en que la decisión "es consecuente con el papel de la ciudad de proteger la salud pública y la seguridad, hacer cumplir la ley y garantizar los derechos de los neoyorquinos".
Algunos de los "indignados" habían comenzado ya en la madrugada a limpiar la zona para evitar el desalojo y el enfrentamiento con las autoridades, aunque también hubo 14 detenciones más por obstrucción del tráfico, informó la Policía de Nueva York.
Por su parte, otro de los portavoces del movimiento, Patrick Bruner, indicó que en la noche del jueves intentaron entregar al alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, una petición con más de 100.000 firmas para evitar su desalojo.
"Brookfield Properties son el 1%. Han invertido 24.000 millones de dólares en seguros hipotecarios. Hay millones de personas que se enfrentan a ejecuciones hipotecarias y al desalojo de sus viviendas por esas prácticas, así que no nos sorprende que amenazaran con desalojarnos", dijo Bruner, en un comunicado.
Agregó que el movimiento crece "a medida que el 99% toma las calles del mundo pidiendo justicia económica", en referencia a uno de sus lemas de que solo el 1% de la población se enriquece, mientras el resto se empobrece.
Desde que comenzaron su protesta, los "indignados" de Wall Street han ido recibiendo apoyos de personalidades académicas, políticos, artistas y sindicatos, aunque también han recibido críticas por la falta de concreción de sus peticiones, como hizo esta semana el nuevo Nobel de Economía Christopher Sims.
Para el economista los objetivos del movimiento son "incoherentes" e invitó a sus seguidores a formular acercamientos "más realistas" a la actual situación, al tiempo que señaló que la protesta se deriva de "la irritación legítima" de la población ante la situación económica y "la falta de éxito" de los políticos por solucionarla.