Nueva York.-

Un hombre de 24 años irrumpió ayer en una clase de la escuela primaria Sandy Hook en Newtown (Connecticut, EE.UU.) y mató a la profesosa de un salón, que en principio se creía era su madre, pero que avanzada la tarde se decubrió que no lo era. El hombre también disparó a 20 alumnos, 6 profesores, y luego se suicidó, informó la Policía.

De confirmarse el número de víctimas, que hasta ayer se situaba en 27 con la posibilidad de aumentar, se trataría de una de las peores masacres en la historia de Estados Unidos y la octava que se ha producido este año. En la tarde Nacy Lanza, madre del pistolero, fue encontrada muerta en su casa.  

El tiroteo dejó también al menos tres heridos que se encuentran en estado grave. La Policía confirmó en rueda de prensa que la muerte del individuo se produjo en el interior de la escuela. El portavoz policial, Paul Vance, no especificó el número de víctimas y explicó que esperarán a que las autoridades se pongan en contacto con las familias.

Según la mayoría de medios, entre los adultos fallecidos estarían también la directora del centro y el psicólogo. El relato de los testigos habla de que se han producido hasta cien disparos, que habrían comenzado en las aulas de educación infantil, donde estudian niños de entre cinco y diez años.

En principio algunos medios de Nueva York decía que el asesino era Ryan Lanza, quien llevaba cuatro armas, entre ellas un rifle de asalto, e iba ataviado con un chaleco antibalas y una máscara. Las autoridades aclararon que en realidad el sospechoso se llamaba Adam y que llevaba documentos de identificación de su hermano Ryan.

En medio del operativo la Policía detuvo a una segunda persona relacionada con la matanza, aunque posteriormente se rechazó su vinculación con el tiroteo. A la vez, en Nueva Jersey, la Policía allanó el departamento del hermano del victimario, Ryan, quien en un principio se creía era el pistolero. Hasta el cierre de esta edición, Ryan continuaba detenido y siendo interrogado por agentes del FBI.

El presidente Barack Obama, que fue informado del tiroteo rápidamente, visiblemente afectado y con lágrimas en los ojos manifestó estar sumido en una “abrumadora pena” y prometió “acciones significativas” para poner fin a este tipo de tragedias. El mandatario, que calificó el tiroteo de “crimen atroz”, dijo que “la mayoría de aquellos que murieron  hoy (ayer) eran niños, preciosos niños pequeños de entre cinco y diez años”.

Obama, que debió hacer varias pausas y respirar profundamente para poder seguir hablando, lamentó que esos niños perdieran “toda una vida por delante: cumpleaños, graduaciones, casamientos, hijos propios”. “Nuestros corazones están rotos, por los padres y los abuelos, por las hermanas y los hermanos de estos pequeños niños y por las familias de los que se fueron”. “Estos niños son nuestros niños”, afirmó, ofreciendo tomar acciones significativas para evitar más tragedias como estas, más allá de la política, aunque  admitió que no podrá suplir el vacío de estas familias.

Obama también ordenó que hasta la noche del martes 18 de diciembre las banderas de la Casa Blanca, edificios oficiales y complejos militares ondeen a media asta  en honor a las víctimas.

La Policía local fue alertada del tiroteo poco después de las 09:30, dijo Vance. La institución pidió inmediatamente ayuda de la Policía estatal. Las escuelas de las inmediaciones fueron cerradas y las clases suspendidas. “Nuestro objetivo principal era evacuar lo más rápido y eficientemente posible a todos los estudiantes y al personal de la institución. La escuela entera fue registrada”. “Uno de los policías dijo que era lo peor que había visto en toda su carrera, pero lo peor fue cuando le dijeron (lo sucedido) a todos esos padres que esperaban que los niños salieran (de la escuela)”, manifestó a WCBS News una enfermera que acudió al lugar.

Los tiroteos en lugares públicos son frecuentes en Estados Unidos y, por lo general, terminan únicamente cuando el tirador es herido o se suicida. El martes, un hombre con un rifle semiautomático irrumpió en un centro comercial en Oregon (oeste), causando la muerte de dos personas antes de quitarse la vida.

El incidente más notorio de los últimos meses tuvo lugar en julio, cuando un joven de 24 años mató a 14 personas e hirió a otras 58 durante el estreno de la última película de Batman en un cine en el estado de Colorado (oeste).