Colombia es el séptimo país con más recursos hídricos en el planeta, después de países como Brasil, Rusia y China, según la organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). A pesar de ello, la nación sudamericana sufre una sequía de grandes dimensiones que afecta a 120 municipios y 20 de los 32 departamentos colombianos. Poblaciones enteras están afectadas por la escasez de agua, extensas áreas de cultivos y bosques han sido consumidas por las llamas y no hay alimentos para la ganadería a consecuencia de los efectos del fenómeno climático El Niño.

Esta situación fue advertida hace 6 meses por fundaciones ambientalistas y defensores del hábitat. Lo cierto es que El Niño está llegando con fuerza y cogió desprevenidos tanto a la población como a las autoridades, que ahora se apresuran a tomar medidas para mitigar el impacto del fenómeno.

“Se advirtió, se dijo, se anunció, pero nadie hizo caso de lo que podría ocasionar El Niño. Ninguna autoridad puso atención a los avisos y ahora todos corren para ver qué se puede hacer para contener las sequías”, dijo Eduardo Pinzón, miembro de una organización no gubernamental.

Las zonas más afectadas son los departamentos de la región andina y la del Caribe, donde el cambio climático comienza a generar estragos.

En el departamento de La Guajira, casi en la frontera con Venezuela, los principales ríos que surten agua a las diferentes poblaciones se encuentran casi secos. Los indígenas wayúu (que representan el 50% de la población en la región) son los más afectados por el fenómeno climático, debido a la escasez de alimentos y de agua.

Las autoridades estiman que más de 60.000 personas -en su mayoría niños- requieren ayuda alimentaria urgente. En 8 de los 15 municipios de La Guajira, las autoridades han declarado el estado de calamidad pública, siendo las poblaciones de Uribia, Manaure, Maicao y Riohacha las más afectadas.

En las últimas horas, en el departamento de Boyacá -centro del país- 3 incendios forestales han arrasado con más de 60 hectáreas de bosques en la zona rural de los municipios de Paipa, Firavitoba y Santa Rosa de Viterbo. De acuerdo con el gobernador de Boyacá, Juan Carlos Granados, 12 poblaciones están en alerta roja ante el verano.

En la provincia de Santander, el intenso verano ha convertido las parcelas en extensos desiertos debido a la falta del agua. En municipios como Los Santos, sus habitantes llevan esperando que llueva desde hace más de 30 meses. “La poca agua que hay está sucia, rindiéndola esperamos que al menos alcance para lavar”, señaló Yenny Sierra, habitante de la zona.

En poblaciones como Mercaderes y Patía, en el sur del Cauca, las principales fuentes hídricas y los cultivos de pastos se han visto afectadas por la ola de calor. Lo anterior ha dificultado la producción de carne y leche, perjudicando a cerca de 20.000 habitantes.

“Estamos preocupados y el verano se ha recrudecido. Estamos en la tarea de establecer reservorios en los sitios más críticos”, indicó Temístocles Ortega, gobernador del Cauca.

En el departamento de Risaralda, el fenómeno El Niño se evidencia en las plazas de mercado, donde los precios de las frutas y las hortalizas han subido. Los cultivos de café son los más afectados, ya que las pérdidas por la ola de calor han estropeado cerca del 35% de la producción en cada finca.

“Hay cosas muy escasas que ya no llegan a la plaza y hay otras muy caras. Si el lulo (naranjilla) antes estaba a $ 2.500 pesos por kilo ($ 1,20), hoy está a $ 3,500 ($2)”, explicó Fernando Álzate, comerciante afectado. Con cada día que pasa, la situación se agrava.

En la región Caribe, 37 municipios se han declarado en calamidad pública y allí las tierras perdidas para cultivos superan las 200.000 hectáreas.

Se esperan momentos difíciles

Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), la sequía se extenderá hasta 2015, siendo octubre, noviembre y diciembre de 2014 los períodos más complejos por cuenta de la disminución de las lluvias.
“Lo que esperamos en este próximo trimestre es la disminución de las precipitaciones de manera progresiva, adicional al aumento de la temperatura en regiones como la Caribe y la Andina, y la intensificación de conflagraciones e incendios forestales que pueden agravar la emergencia”, precisó Omar Franco, director del Ideam.

Se estima que en el primer trimestre de 2015, el fenómeno El Niño recrudecerá y se intensificarán sus efectos, por lo que la recomendación de las autoridades es atender las alertas de los organismos de socorro y ahorrar agua.

Ante esta situación, la directora del Departamento Nacional de Planeación, DNP, Tatyana Orozco, señaló: “Si implementamos acciones tempranas y con visión de largo plazo ante el cambio de clima, se reducirían los costos económicos por impactos futuros, aumentando la productividad del país, acelerando la lucha contra la pobreza y encaminando a Colombia a un crecimiento sostenible”.

El presidente Juan Manuel Santos alertó el sábado pasado, tras una reunión ministerial sobre la situación e invitó a los colombianos a prepararse para afrontar el fenómeno. “Hasta marzo del año entrante vamos a tener momentos difíciles (...). Hagamos lo posible por ahorrar agua y energía”, dijo el gobernante a la población.

En Colombia ya se habla de racionamiento y existe un decreto que sanciona a quienes desperdicien agua. Además, en varias regiones del país la temperatura supera 40 grados y ya se evalúa la declaración de emergencia económica y social.

Se estima que, para aliviar los daños que ha causado el verano en el país, el Gobierno debe invertir unos 200.000 millones de pesos, es decir casi $ 10 millones.

Datos

La sequía tiene a 7 departamentos en alerta roja por el riesgo de incendios forestales: Arauca, Meta, La Guajira, Casanare, Magdalena, Atlántico y Bolívar.

Más de 20.000 animales han muerto en el municipio Paz de Ariporo, en Casanare, donde los pobladores se dedican a la ganadería, se trata del caso más sonado por sus fuertes secuelas del fenómeno El Niño.

Al suroccidente de Valledupar, en el departamento de Cesar, la muerte de cientos de peces en la acequia Las Mercedes. Esta época de sequía intensa es motivo de investigación.