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Las políticas de ajuste del gobierno de mauricio Macri lleva a la quiebra a las pymes

El cooperativismo rescata la librería emblemática de Buenos Aires

La tradicional librería porteña ‘Adán Buenosayres’ atrae a los ciudadanos con las ofertas, pero también para evitar que cierre.
La tradicional librería porteña ‘Adán Buenosayres’ atrae a los ciudadanos con las ofertas, pero también para evitar que cierre.
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10 de septiembre de 2016 - 00:00 - Marcelo Izquierdo, corresponsal en Buenos Aires

La librería ‘Adán Buenosayres’, una de las más emblemáticas de la tradicional avenida Corrientes, en el corazón de la capital argentina, se convirtió en cooperativa para evitar el cierre y pelearle así a la crisis que golpea el país austral.

David De Vita, su antiguo dueño, se resignó a bajar definitivamente las persianas de su local agobiado por la recesión, la caída en las ventas, los “tarifazos” de los servicios esenciales y el aumento del alquiler. “En los últimos seis meses no había podido pagarles las cargas sociales a los empleados. Esto no daba para más”, dice a EL TELÉGRAFO.

Pero la noticia de su cierre corrió como un río caudaloso por la web y mucha gente se solidarizó con una de las librerías más tradicionales del centro porteño. Y no solo eso: la venta repuntó por esta publicidad digital gratuita. Entonces, De Vita habló con sus empleados y les propuso salvar el comercio y las fuentes de trabajo. El cooperativismo -un movimiento que rescató a decenas de fábricas cerradas en los 90 en el país austral tras una década de neoliberalismo- se erigió como una salida solidaria.

“Paradójicamente, la más novedosa forma de comunicación como es internet salvó a la más antigua, el papel impreso”, comenta De Vita, de 62 años, rodeado de libros en su local de la avenida Corrientes 1671, a cuatro cuadras del tradicional Obelisco porteño. ‘Adán Buenosayres, una librería de la Patria Grande’ como reza un cartel en el interior del local, rinde homenaje a una de las novelas más importantes de la literatura argentina del siglo XX escrita por Leopoldo Marechal  (1900-1970).

Marechal fue un escritor y dramaturgo comprometido con la causa peronista. Incluso ocupó la dirección general de Cultura en los dos primeros gobiernos de Juan Domingo Perón y dejó su cargo tras el golpe militar de 1955. Su obra fue proscripta por la dictadura de entonces, incluida su novela cumbre, ‘Adán Buenosayres’. El escritor estuvo exiliado en Chile.

“Es un homenaje a Marechal, un escritor peronista”, afirma Juan Galarza, de 57 años, uno de los siete socios de la flamante cooperativa cuya conformación está aún en trámite.

La librería lucha hoy contra una crisis que golpea el bolsillo de los argentinos y mezcla un coctel letal de inflación elevada y caída del consumo. “Las ventas comenzaron a bajar en noviembre del año pasado” tras el triunfo del presidente Mauricio Macri. “Se me hizo insostenible continuar con el negocio. Ya no podía pagar los sueldos de los empleados, ni el alquiler del local”, señala De Vita.

El empresario comenta que ahora llega al local más gente que antes, un 40% más que en mayo. “Desde que se anunció el cierre los viejos clientes que pasaban de largo por falta de dinero ahora entran, preguntan y se llevan en especial las ofertas. No se venden los libros caros, pero sí los económicos que con esfuerzo están al alcance de los amantes de la lectura”, agrega.

El antiguo dueño atiende ahora a los clientes “como uno más” de los socios. “Es mi única entrada salarial”, dice. Incluso prefirió no asumir la responsabilidad de presidir la nueva cooperativa. Quien asumió ese cargo es Mayra Ríos, de 26 años, una de las antiguas empleadas.

La librería tiene un extenso capital cultural. En el local y en el depósito hay 200.000 ejemplares, en especial de política y literatura, con los que los empleados apuestan por una nueva etapa bajo el signo de una “economía solidaria” como es el cooperativismo.

Otras librerías no tuvieron la misma suerte. La vecina  ‘El Vitral’, a pocas cuadras de allí, cerró sus puertas en agosto aplastada por la crisis. Remató todos los libros a un precio regalado. Hubo hasta 200 metros de fila dos días para aprovechar las ofertas. Pero no fue la única: también bajaron sus persianas ‘Prometeo’, en el barrio Palermo, y ‘Distal’, en su sucursal en la zona de Caballito.

La alarma es general y no solo abarca las librerías. La Cámara Argentina del Libro advirtió que en el primer cuatrimestre del año la industria editorial disminuyó las tiradas de sus obras y hasta de las novedades publicadas.

Ecequiel Leder Kramer, de la librería Hernández, dijo al diario La Nación que “el primer semestre de este año fue el peor en 10 años y vendimos un 15% menos de ejemplares que en 2015”.

Juan Galarza, uno de los flamantes socios de ‘Adán Buenosayres’, resume: “nosotros seguimos luchando. Estoy políticamente 100% de acuerdo con este paso que dimos hacia el cooperativismo. Ahora debemos fortalecernos ante el desafío que nos plantea esta nueva era del neoliberalismo que aterroriza a la población en su vida cotidiana y nos obliga a buscar nuevos modos de sobrevivir en lo colectivo”. (I)

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La marcha será en octubre

Los sindicatos organizan un paro nacional

Los sindicatos de trabajadores argentinos organizan un multitudinario paro general, a nivel nacional, en contra de las políticas económicas de Mauricio Macri, en especial contra el tarifazo de los servicios básicos y los despidos.

Pablo Micheli y Hugo Yasky, de la CTA Autónoma y de la CTA de los Trabajadores, ratificaron la necesidad de realizar un paro nacional en octubre con la CGT, después de la fallida reunión con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca.

“Si siguen las cosas de esta manera, después de la marcha federal, no tengo dudas que, en unidad de acción, la CGT y las dos CTA vamos a desembocar en un paro nacional”, sentenció Pablo Micheli.

El dirigente remarcó que “hay que parar los despidos” y sostuvo que durante la reunión con el ministro Jorge Triaca “volvimos a insistir en la emergencia ocupacional porque rogándole a los empresarios que no despidan no se paran los despidos”.

Por su parte, Hugo Yasky, titular de la CTA de los Trabajadores, admitió que salieron de la reunión con las manos vacías, solamente con algunas revisiones en la comisión de empleo, pero la agenda social que plantearon fue negada. “Veníamos a una reunión con expectativas para resolver temas acuciantes, como los despidos, pedimos un acta con el compromiso, otro es reapertura de paritarias, y un aumento de emergencia para jubilados”. “No tuvimos ninguna respuesta positiva”, afirmó el sindicalista docente. (I)

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