El exasesor de Seguridad Nacional cometió un delito al esconder los datos al fbi
Diario dice que departamento de inteligencia oculta información a Trump por desconfianza
Funcionarios de inteligencia de Estados Unidos han retenido la información delicada al presidente Donald Trump porque les preocupa que se pueda filtrar. Así lo revela el diario The Wall Street Journal tras contactar con fuentes anónimas de ese servicio.
De acuerdo a esta publicación, hay falta de confianza hacia el mandatario republicano pues temen que el cargo más importante del país pueda filtrar datos sensibles que podrían poner en riesgo la seguridad nacional.
El diario especializado en información financiera detalló que se está privando a Trump de detalles sobre la forma de trabajar de los servicios secretos, incluyendo los métodos utilizados para obtener detalles de gobiernos extranjeros. A diferencia de su predecesor, el demócrata Barack Obama, el republicano cada vez recibe menos detalles de parte del departamento de inteligencia estadounidense.
En el pasado los servicios de espionaje también se reservaron cierta información con otros mandatarios. El objetivo era mantener la seguridad de las fuentes o para no perjudicar las investigaciones. La diferencia del secretismo ahora es la desconfianza.
Esta noticia no hace más que empeorar la relación de Donald Trump con los servicios de inteligencia. Hace unos días dimitió el consejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn, por ocultar detalles de sus conversaciones con el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak.
El miércoles, Trump incluso castigó a las agencias de inteligencia y los medios de comunicación (The Washington Post y The New York Times), culpándolos por la caída de Flynn, cuando ambos funcionarios (Trump y Flynn) no habían informado al vicepresidente Mike Pence sobre la cercanía con Rusia. Mientras que el jueves amenazó con “atrapar” a los responsables de estas filtraciones.
Los actuales y antiguos funcionarios de inteligencia, consultados por el medio estadounidense, señalaron que esta postura se debe en gran parte “a las expresiones de admiración del presidente ruso, Vladimir Putin, y su llamado durante la campaña presidencial para que Rusia siga hackeando los correos electrónicos de su rival, del partido demócrata Hillary Clinton”.
La agencia de inteligencia de Estados Unidos llegó a la conclusión de que Rusia robó y filtró correos electrónicos de la campaña de la demócrata Clinton para socavar el proceso electoral e intentar mejorar las posibilidades del republicano Trump de ganar, una acusación negada por funcionarios rusos. Cuatro miembros -actuales y antiguos- del grupo de asesores de Trump están bajo investigación por la naturaleza de sus vínculos con Moscú.
Flynn mintió al FBI
Tras el despido de Michael Flynn, los legisladores solicitaron al gobierno que publique las transcripciones de sus conversaciones con el embajador ruso, Sergey Kislyak, y que revele si el presidente Trump conoce o dirige las conversaciones.
El diario The Washington Post publicó ayer que Flynn negó al FBI (Buró Federal de Investigaciones) haber abordado con el embajador ruso en Washington sobre las sanciones que impuso el gobierno de Barack Obama a Rusia tras acusar a Moscú de injerir en las elecciones presidenciales.
Esta entrevista, efectuada el pasado 24 de enero, pone en peligro al exasesor de seguridad nacional, ya que mentirle al FBI es un delito grave. Pero cualquier decisión de enjuiciar será, en última instancia, del departamento de Justicia.
Por su parte, el periódico The New York Times publicó un amplio artículo donde desvela los planes de Trump con los servicios de inteligencia de Estados Unidos.
El presidente republicano estaría planeando encargar a un aliado multimillonario de Nueva York una amplia revisión de las agencias de inteligencia. Una maniobra que pondría en peligro la independencia de estos servicios.
El consejero de seguridad nacional sigue vacante
El presidente Donald Trump dijo ayer que tiene una lista corta de cuatro personas para su consejero de seguridad nacional después de que el vicealmirante retirado Robert Harward rechazó el cargo.
Harward, de 60 años, tiene un bajo perfil público y es respetado por la cúpula militar, todo lo contrario que Flynn, más temperamental e ideológico. Entre los motivos de la negativa, según medios estadounidenses, está el temor de que debía mantener al equipo de Flynn y que no tendría suficiente independencia en el Consejo de Seguridad Nacional.
La decisión supone un duro revés para el presidente estadounidense y acentúa la convulsión que vive la Casa Blanca días previos a cumplir un mes en el poder. (I)
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La posición sobre Siria tranquiliza a sus socios
Los aliados de Washington, expectantes ante el rumbo diplomático de la nueva administración estadounidense, se mostraron aliviados ayer con relación al conflicto en Siria, después de que el secretario de Estado, Rex Tillerson, diera su apoyo a las negociaciones de paz en el marco de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Al margen del G20 celebrado en Bonn, Alemania, se produjo el primer encuentro del grupo de “afines” (una decena de países occidentales y árabes, así como Turquía) a la rebelión desde que el presidente Trump entrara en el cargo hace casi un mes.
Tras la reunión, Berlín y París manifestaron su alivio: Ha quedado claro que queremos en todos los casos una solución política en el marco de la ONU, declaró el jefe de la diplomacia alemana, Sigmar Gabriel, anfitrión del G20. Su homólogo francés, Jean-Marc Ayrault, indicó que es importante y necesario que haya un diálogo estrecho con EE.UU. sobre la cuestión siria. “Hemos comprobado esta mañana que estamos todos de acuerdo”.
Las precedentes sesiones de negociaciones en Ginebra en 2016 fracasaron por la violencia sobre el terreno y del inmenso abismo entre los beligerantes sobre la transición política y la suerte del dirigente sirio, Bashar al Asad.
Este último reiteró el jueves en una entrevista a medios franceses que consideraba a todos los grupos armados de la oposición como “terroristas”. (I)
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"EE.UU. no debe amenazar la cohesión de la UE"
Ursula van der Leyen, ministra alemana de Defensa, advirtió ayer a Estados Unidos contra cualquier mensaje que amenace la cohesión de la Unión Europea (UE) y contra un acercamiento a Moscú a espaldas de sus aliados.
“Nuestros amigos estadounidenses saben que su tono respecto a Europa y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) tiene un efecto directo en la cohesión de Europa. Una UE estable interesa a EE.UU., así como una OTAN unida”, declaró en una conferencia de seguridad en Múnich.
El presidente estadounidense, Donald Trump, criticó a la UE y la OTAN. También en tono de advertencia opinó que Washington no debía otorgarle la misma confianza a Rusia que a sus aliados occidentales. Trump antes de asumir el cargo defendió un trato igualitario para el presidente ruso, Vladimir Putin, y la canciller alemana, Angela Merkel.
El secretario de Estado de Defensa, Jim Mattis, presente en Múnich tras una reunión de la OTAN en Bruselas, quiso tranquilizar a sus socios en relación a las intenciones de Estados Unidos. “La relación transatlántica sigue siendo el mejor baluarte contra la inestabilidad y la violencia”, recalcó.
La ministra alemana agregó que los occidentales no podían hacer de la guerra contra el “terrorismo” una guerra contra el islam, aludiendo aparentemente al controvertido decreto migratorio del presidente estadounidense. (I)