¿Cómo reaccionó Hillary Clinton tras ataque a embajada en Libia? Sus correos lo revelan
Sólo horas antes de que Hillary Clinton afrontara su mayor reto y tragedia como secretaria de Estado de Estados Unidos, pidió a uno de sus asistentes que le consiguiera un documental francés sobre Libia.
"¿Puedes conseguirnos una copia del filme de Bernand Henri-Levi sobre Libia? Creo que Harvey lo hizo y fue mostrado en Cannes en la primavera pasada", escribió la entonces jefa de la diplomacia estadounidense a su amiga de confianza Huma Abedin a las 5:50 del 11 de septiembre de 2012.
Más tarde ese día, militantes fuertemente armados atacaron la misión estadounidense en Bengasi (este de Libia), matando a cuatro estadounidenses en un tiroteo que duró horas.
El ataque desencadenó una crisis que enturbió las elecciones a la Casa Blanca de 2012 y podría eclipsar la apuesta personal de Clinton por hacer historia si fuera elegida en 2016 la primera mujer en la presidencia de Estados Unidos.
La solicitud a Abedin es uno de los 296 correos electrónicos publicados el viernes por el Departamento de Estado de entre más de 30.000 correos que Clinton escribió entre 2009 y 2013 desde su cuenta privada.
Todos los correos hechos públicos el viernes tienen que ver con Libia y con el ataque del 11 de septiembre de 2012 en Bengasi.
Los documentos ofrecen además una mirada, pequeña pero sin precedentes, a la vida personal de Clinton: su trabajo diario en el Departamento de Estado y cómo manejó la tragedia que provocó convulsión y rabia en la unida comunidad diplomática.
Muchos correos contienen condolencias de su personal por las muertes del embajador Christopher Stevens y otros tres estadounidenses. También hay mensajes del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y de su exsecretario de Defensa Bob Gates.
"Sé que ha sido una semana difícil para ti y simplemente quería expresar mi simpatía y decirte que estaba pensando en ti", escribió Gates.
Otros más aduladores, agradecían a la jefa por su liderazgo y, en particular, por las declaraciones que hizo en una ceremonia cuando los cuerpos fueron trasladados de regreso a Estados Unidos.
En una misiva, Clinton admite que el sábado después del ataque se durmió y se perdió una sesión informativa del presidente. "Me acabo de despertar", escribió.
Su asistente le mandó una lista de llamadas para ese día. Empezaba a mediodía con una llamada al entonces secretario de Exteriores británico, William Hague, y continuaba apretada con siete líderes mundiales más, uno cada 15 minutos, entre ellos, Netanyahu. La agenda acababa a las 14:30 con el entonces ministro de Exteriores turco.
Consciente de su imagen
Los correos también muestran preocupación por cómo Clinton mantenía su imagen en medio de la tormenta política con su consejera de política exterior Jake Sullivan, asegurándose de que nunca cayera en muestras "espontáneas".
Esa fue la descripción ofrecida por la consejera de seguridad nacional Susan Rice en un programa de televisión del domingo en el que los republicanos usaron como prueba para demostrar que la administración estaba encubriendo las circunstancias reales del ataque.
En octubre de 2012, Abedin escribió a Clinton para pedirle que llamara a uno de los oficiales de seguridad diplomática herido en el ataque de Bengasi.
Pero ella añade que alguien ha estado reuniendo un conjunto de ropa "tres lindos trajes, muchas blusas y chaquetas" para que Clinton se la probara durante una visita a Nueva York.
Hacia finales de 2012, Clinton pregunta cómo van las audiencias sobre el ataque de Bengasi y se disculpa ante el subsecretario de Estado Tom Nides porque no podrá acompañarlo tras haber sufrido una mala caída.
"Estaré cuidando mi cabeza herida y animándote mientras tú permaneces en calma y continúas", escribió.
"Lo que no te mata, te hace más fuerte (como he razonado durante años), así que sólo sobrevive y habrás triunfado." (I)