Asgardia fue fundada hace 20 meses, tiene una constitución, un parlamento electo, una bandera, un himno y una moneda digital. Ahora también un presidente: el científico y empresario ruso Igor Ashurbeyli. 

"El acceso al espacio exterior debe ser un derecho humano, más allá del control de cualquier nación terrestre", afirmó Ashurbeyli, al ser juramentado como jefe de la autoproclamada primera "nación espacial", durante una lujosa ceremonia en el Palacio de Hofburg, en Viena (Austria). 

Según Ashurbeyli, los ciudadanos de Asgardia ahora suman unos 200.000, originarios de al menos 200 países (entre ellos Ecuador), con lo que ocupa el lugar 172 en la población mundial.

El científico ruso considera que el espacio es la única arena que le queda a la humanidad para escapar de la degradación ambiental y una carrera armamentista incesante.

Admite que la utopía no será barata. Hasta el momento, ha financiado el proyecto con su propio dinero y el de otros donantes privados. Pero en el futuro se espera que todos los asgardianos paguen una "tarifa de ciudadanía" anual de 100 euros, así como impuestos a los ingresos y negocios.

Ashurbeyli fue juramentado oficialmente por el exdiputado británico Lembit Opik, quien fue nombrado jefe del parlamento de Asgardia por sus colegas parlamentarios el domingo. Ellos, a su vez, fueron elegidos por sus compañeros asgardianos en las encuestas en línea.

Ashurbeyli planea solicitar el reconocimiento de la ONU y dijo que ha tenido "contactos informales" con algunos países para formar lazos bilaterales, pero que no podía nombrarlos.

En cuanto a las dificultades físicas de poner a los seres humanos en el espacio, Ashurbeyli afirmó que puede basarse en su propia experiencia científica para habilitar asentamientos humanos permanentes en la Luna dentro de 25 años. 

Por lo pronto, el objetivo es lograr que los miembros "más creativos" de la raza humana, que Ashurbeyli estima que representan aproximadamente el 2% de la población mundial, o unos 150 millones de personas, se inscriban. (I)