Usuarios de taxis “piratas” se aferran a este servicio
La Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) realizó ayer un operativo de control contra los taxis informales o “piratas” que trabajan en la calle Padre Solano, entre las avenidas Machala y Quito.
El lugar tradicionalmente sirve como paradero de las cooperativas Panorama, Eloy Alfaro y 16 de Octubre que cubren la ruta La Aurora-Guayaquil y viceversa.
Durante el operativo, que se extendió durante dos horas (06:00-08h00), los vigilantes impidieron que los taxis informales puedan trabajar.
“El problema es que hay pocas unidades de las cooperativas que van a La Aurora en horas pico (06:00-09:00 y de 17:00-20:00), lo que produce aglomeración de usuarios”, observó Nicolás Suquillo, sub jefe de la Unidad de Transporte Público de la CTE.
Iván Morejón, presidente de la Cooperativa 16 de Octubre, precisó que 22 unidades de las tres compañías cubren el recorrido señalado. “El problema se da por el tráfico en La Puntilla y en el acceso a Guayaquil por la avenida Pedro Menéndez Gilbert. Normalmente la ruta La Aurora-Guayaquil-La Aurora necesita de una hora, pero cuando hay mucho tráfico nos demoramos hasta dos horas”, acotó.
Según César Loor, jefe de ruta de la Cooperativa Eloy Alfaro, las unidades salen cada dos minutos (de Padre Solano) en las horas pico, pero durante el día las frecuencias de salida varían.
Sin embargo, usuarios como Pedro Veloz aseguran que no hay suficientes unidades. “Hoy (ayer) están aquí porque vino la prensa y porque se dio el operativo”.
Ayer, después que el personal uniformado de la CTE se retiró de la calle Padre Solano, las líneas de transporte público, en vez de cada dos minutos, empezaron a llegar cada 10. Luego, los taxis ilegales nuevamente acudieron al sitio para recoger usuarios.
Manuel Cabrera, propietario de un automóvil que transporta pasajeros de manera irregular, defiende su trabajo. “Los buses van llenos, son peor que la Metrovía. Por 50 centavos nosotros damos un mejor servicio, pero la Comisión de Tránsito nos persigue”, sentenció.
Simón Naranjo, que también trabaja en taxi “pirata”, aseguró que el proceso de legalización les demanda tres mil dólares por unidad, “lo que no nos garantiza nada. Nos piden (la CTE) que nos afiliemos a una cooperativa de taxis”.
Indicó que pese a los operativos, continuarán trabajando, “porque tenemos un hogar que mantener”.