Las manos de ‘Rambo’, el sobador del parque
Por Edison Agualongo T. Estudiante de la ULVR
Quienes han recibido los masajes de Ramón Moreira, uno de los sobadores del parque Centenario, lo recomiendan.
Este curandero, a quien también se lo conoce como ‘Rambo’, vive en Guayaquil hace 6 años. Llegó desde su natal Chone, provincia de Manabí, conociendo muy bien su oficio. Aprendió el trabajo viendo a su padre practicarlo.
“Fue como una escuela, mi papá me enseñaba la ubicación de los huesos y de los tendones. Aprendía cuando algo estaba mal”. La gente lo busca por una lesión o simplemente para que le quite el estrés.
Invierte alrededor de $ 1,99 en su material de trabajo, que es un frasco de linimento, y gana alrededor de $ 10 a $ 25, dependiendo los días buenos y malos. Los costos varían entre $ 2 a $ 5, según el tipo de lesión. Atiende de 4 a 6 personas al día.
“Cuando viene un paciente con un hueso roto se le entablilla la extremidad fracturada y se le recomienda tomar medicina natural que ayuda a unir los huesos. De 15 a 30 días ya está listo”, manifestó Moreira.
Juan Carlos Ortiz, guayaquileño de 40 años, dice que estas personas conocen cuando un tendón está recogido. No tienen la ciencia del médico, pero conocen cuando existe un problema.
“Creo que la experiencia que acumulan los hace acertados en algunos casos. Pero también se debe reconocer el momento de acudir a un médico. Además, muchos de estos sobadores son hijos y nietos de las primeras personas que ejercían este oficio”.
Lo natural es bueno, dice Moreira. La ciencia avanza rápido, pero eso no implica que los conocimientos ancestrales deban desaparecer.
“Jamás estaré al nivel de un médico, pero he logrado aliviar el dolor de quienes no tienen dinero para pagar a un facultativo. La medicina ayuda, pero hay otros recursos”. (I)
Útiles, pero no son iguales que los médicos
La terapista física Adela Noriega, encargada del departamento de Fisiatría del Hospital Naval, asegura que los sobadores son empíricos y no tienen conocimiento profesional acerca de los traumas y lesiones del cuerpo humano.
“Nosotros hacemos una carrera universitaria de 4 años y los diagnósticos y tratamientos los hacemos en conjunto con el traumatólogo. Somos personas que nos hemos preparado para solucionar las dolencias de las personas”. (I)