Diez productos del avestruz buscan mercado

Hace 15 años  comenzó la crianza de avestruces en Ecuador, pero la actividad no termina de desarrollarse pese a lo novedosa que resultó en su momento y a lo polifacética que puede resultar esta ave de cuello largo y expresivos ojos. 

De un avestruz no se desperdicia nada. Carne, huevos (incluido el cascarón), piel, plumas e incluso pestañas tienen un uso no solo alimenticio, sino también artístico, aunque es un mercado poco consolidado que los productores se esfuerzan por dar forma.

Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), hasta septiembre de 2013, las Unidades de Producción Agrícola (UPA) tuvieron 3.900 aves. La Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de la Calidad del Agro (Agrocalidad) efectúa un censo en los criaderos con el objetivo de formalizar el sector y establecer normas sanitarias que permitan exportar algunos de sus derivados. El estudio ha cubierto al momento 13 provincias del país.

Uno de los criaderos más grandes y conocidos se encuentra en la provincia de El Oro (Arenillas), en el complejo hotelero Hillary Natural Resort. Allí viven 890 animales de los que se aprovecha principalmente su carne.

Los primeros 400 animales llegaron en 1998, cuando cada uno costaba en Ecuador $ 3.500, comentó Marcos Morán, veterinario de ese criadero, por lo que, para sus propietarios, se trató de una inversión a largo plazo. No hay cifras nacionales de cuánto genera económicamente el sector. Según Morán, un animal puede llegar a producir ganancias por $ 2.000, si se utilizan todas sus partes.

Los huevos de avestruz son altos en contenido de calcio y muy apreciados en ciudades como Cuenca. Ese criadero introduce en el mercado azuayo 200 huevos por mes a un precio de $14 por unidad. Cada huevo de avestruz equivale a una cubeta de 30 huevos de gallina.

En cuanto a la carne, se comercializan un promedio de 300  kilos, cada uno a un precio de $  16. La mayor parte de la producción se queda para el consumo de los huéspedes del hotel.

Para José Orellana, titular de la Corporación Nacional de Avicultores del Ecuador (Conave), el precio de este producto es lo que hace que se lo considere todavía como algo exclusivo y de tipo gourmet.

Pero la falta de un mercado más grande para la carne de avestruz parece relacionarse también con un escaso conocimiento, por parte de los ecuatorianos, sobre sus bondades. Según  Morán, esta proteína es más sana que la de pollo o pavo.

“Es saludable, baja en colesterol e ideal incluso para personas que sufren del corazón y de diabetes”, aseguró.

Por otro lado, sus particularidades en materia de reproducción también constituyen una razón por la cual el negocio de los avestruces no es masivo. Una hembra pone apenas 40 huevos al año, de los cuales no todos resultan fértiles.

Investigación

En la vía a la Costa, a la altura de  la parroquia Chongón, está ubicado Avestrulandia, un criadero que además es un centro de investigación de esa especie nativa de África.
El proyecto nació del Instituto Tecnológico Euroamericano, y tiene objetivos principalmente académicos. Los alumnos practican elaborando diseños  con la piel de los animales, así como artesanías con los cascarones de los huevos.

Antonio Marques Gutiérrez es el encargado de este proyecto, del que se desprenden varios más, entre ellos una planta de curtido ecológico para la piel, sin uso de cromo ni otros elementos dañinos para el ambiente.

Avestrulandia tiene por el momento 6 animales reproductores y  provee de crías a negocios o  hacen donaciones a comunas y centros educativos. Los animales cuestan desde $ 100, según la edad.
También tienen convenios de cooperación con instituciones como la universidad Católica de Guayaquil, el paradero turístico Río Daular y el Instituto del Cuero de Cotacachi.

Y es que la versatilidad del avestruz hace que de ella se deriven alrededor de 10 productos, incluyendo el turístico.

Con su piel pueden elaborarse prendas como chaquetas, zapatos y carteras; con las pestañas, pinceles y con sus plumas, disfraces.

Morán comentó que luego del faenamiento -que ocurre al año de vida- se seleccionan las mejores plumas. Las de mayor tamaño pueden llegar a costar hasta $ 7 y las pequeñas un promedio de 20 centavos. El hotel las usa frecuentemente para elaborar los vestuarios de sus espectáculos de samba.
Marques admitió que el crecimiento del sector ha sido lento, sin embargo cree que esto se debe a que falta aún investigar los subproductos y desarrollar estándares de calidad que permitan su comercialización e incluso exportación.

El grupo propietario del complejo hotelero Hillary Natural Resort se encuentra en proceso de certificación para elaborar embutidos.