¡Qué gran sorpresa! Muchos comentarios y opiniones a favor y en contra, pero sobre todo mucha polémica ha generado la designación de la extenista profesional Gala León García, de 40 años, como la nueva capitana del equipo Copa Davis de España.

Tras la inesperada derrota frente a Brasil en San Pablo, España perdió su puesto en el Grupo Mundial y deberá jugar el próximo año en el Grupo 1 de la zona europea frente al vencedor de la serie entre Rusia y Dinamarca. Tras la renuncia de Carlos Moyá a la capitanía, se barajaban varios nombres para reemplazarlo, entre ellos los del exnúmero 1 del mundo, Juan Carlos Ferrero; el del finalista de Roland Garros 1998, Alberto Berasatégui; y el de Sergi Bruguera, dos veces campeón de Roland Garros. Todos ellos son figuras de gran renombre del tenis hispano e internacional.

Sin embargo, en una decisión para muchos apresurada -teniendo en cuenta que la eliminatoria se jugará en julio de 2015-, el presidente de la Real Federación Española de Tenis, José Luis Escañuela, elige a su directora deportiva como la flamante capitana.  No será la primera vez que una mujer dirija un equipo Copa Davis, pues según los antecedentes ya sucedió antes con Siria, Panamá, Moldavia y San Marino, países sin tradición tenística.

Pero el caso de España es totalmente diferente, pues estamos hablando de un país que ha ganado la Copa Davis en 5 ocasiones y que es actualmente una de las mayores potencias del tenis masculino profesional.

España por sus pergaminos, y por  la calidad de sus tenistas, debería recuperar su plaza en el grupo de los 16 mejores del mundo el próximo año, pero para lograr ese objetivo, la nueva capitana deberá contar con la participación de sus principales figuras: Rafael Nadal y David Ferrer, ausentes en las dos series disputadas -y perdidas- este año frente a Canadá y Brasil.

Moyá, a pesar de su buena relación con los tenistas españoles, no logró convencer a muchos de ellos a ayudarlo a llevar adelante su proyecto, si bien es cierto que por lo menos para la serie contra Brasil, Nadal estaba lesionado y declaró que si su salud se lo hubiera permitido, habría confirmado su presencia en el equipo. Nadal, al ser consultado sobre la nueva capitana, dijo:  ”no tengo opinión porque no la conozco bien, pero es una decisión que hay que respetar“.

Su entrenador, su tío Toni Nadal, se mostró en desacuerdo con la designación y citó como uno de los principales problemas a la convivencia con una mujer en el vestuario, donde los jugadores pasan muchas horas buscando relajación y privacidad. También dijo estar sorprendido por el hecho de que Gala León no sigue de cerca el circuito masculino.

Berasatégui calificó la decisión de ‘precipitada y sorprendente’,  y además cuestionó el hecho de que habiendo tiempo suficiente no se consulte a jugadores, exjugadores y entrenadores.

Tomás Carbonell exjugador Copa Davis español entre 1991 y 1996, dijo que se trataba de una provocación a los jugadores para ver cómo reaccionan.

Incluso muchos prominentes políticos ibéricos se han sumado al debate, la gran mayoría defendiendo a Gala León y criticando lo que ellos ven como un ‘machismo profundo’ en la sociedad española. Virginia Ruano, española exnúmero 1 del mundo en dobles y ganadora de 10 torneos de Grand Slam en la especialidad, también se declaró sorprendida. Dijo que la designación fue muy apresurada y sin consultar a los involucrados. Además, dijo que en la RFET se están haciendo cosas muy extrañas, aunque agregó que la mujer puede ocupar puestos tradicionalmente masculinos, siempre que estén capacitadas para ello. Una de las primeras personas en felicitar a León por su nombramiento fue Andy Murray, quien tras terminar su relación profesional con su entrenador Ivan Lendl, contrató a la exnúmero 1 del mundo, la francesa Amelie Mauresmo, para reemplazarlo.

En mi opinión, son casos diferentes, pues Mauresmo sí había estado involucrada en el circuito profesional masculino como  entrenadora de Michael Llodra.

Se trata también de un problema de forma y no de fondo, pues da la impresión de que el señor Escañuela busca demostrar que es él quien manda y decide, y que la opinión de los jugadores no cuenta, y el imponer a una persona -hombre o mujer- sin un consenso, no es lo ideal para fomentar la unión dentro del equipo. Tampoco se debe reducir el debate a un tema de machismo, feminismo o sexismo, pero sí  analizar que la persona seleccionada sea la idónea para ocupar el cargo, conozca de cerca a sus dirigidos y cuente con su apoyo y su confianza.