La calle los llama. La sensación de romper la gravedad por segundos funciona como un mega-imán que los atrae y los mantiene “pegados” a un mundo paralelo, a un mundo conocido como el skateboarding.

En el aire los skaters se sienten libres; se han mantenido así desde los 80 en Ecuador, cuando esta “adicción” “aterrizó” en el  país, según se pudo investigar entre  half pipes, quarter pipes, barandillas, trick boxes y  funboxes...

Las actividades de estos deportistas extremos son constantes, aunque los sábados y domingos las jornadas son más intensas aún.

Un fin de semana en el parque Amarillo (Saiba) -un spot place para “rodar”- observamos a Luis Almeida, un skater de la vieja guardia, que a sus 34 años aún siente la necesidad de “rampear”, pero que ese día solo se dedica a observar a algunos novatos y a otros más avanzaditos.

“Nosotros somos de la segunda generación, la de los 90, cuando no había muchos referentes, patinábamos simplemente por amor a la tabla. Ahora han evolucionado mucho, hay niños de 7 años y chicas también”, comenta  “Pajarito”, para luego desbandarse.

“Cuando empezamos, yo me entusiasmaba solo de ver a un chico patinando en la esquina. No éramos muchos. La nota era irse a buscar dónde ‘rodar’ para  conocer a más gente. Solo se preguntaba: ¡Ahhh!. ¿quién eres tú?, de ahí nos uníamos y se hacía el grupo”, recuerda.

Almeida se juntó “con otro pana que no es de aquí y ahora para en Quito (no especificó el nombre). Comenzamos a conocer a la gente de la Kennedy, por ejemplo a Javier Ochoa,  quien ahora tiene una tienda de todo lo que tiene que ver con el skateboarding, Radical Roots; nos hicimos  más grandes, y bueno, de allí llegaron los Teams”, cuenta este skater, que debido a sus incursiones acrobáticas registra dos roturas de muñeca y otras cuantas de cúbito y radio. Algo que no es novedad en este mundo de plugs (piercings expansores, que dejan grandes orificios en el lóbulo de la oreja), zapatos Vans, DC, Puma... y tablas Maple, Baker, Antihero, Mistery, Element o las ecuatorianas de Andrés Holguín...

Su mirada se dirige hacia la zona de los tubos o barandas y a veces se desvía a una rampa en U, que también es parte del panorama.

En la pista los miembros de South Teams realizan  un evento para demostrar que el nivel de los skaters en el sur ha crecido considerablemente. Los 113 deportistas extremos que se inscribieron en este evento dan muestra de ello.

Patinaron por una causa “necesaria”, según los organizadores: que el Municipio de Guayaquil les construya un skatepark en el sur. South Teams es el conjunto de distintos grupos de patinadores de ese punto geográfico de la ciudad, entre ellos se encuentran: South Side (floresta), Área 9 (ciudadela 9 de Octubre) Forenses (Esteros), Sclavos (Portete y alrededores), Av. Team (sector del Centro Cívico), Mafia Sur (Guangala) y Team Saiba; en el suroeste se encuentran los skaters de la 25 y El Oro y la 38 y Maldonado.

Sobre el tubo empotrado llegan a la final del torneo dos skaters, “Lucio” (Johnny González)  y Napo Mata, quienes tienen tres minutos para demostrar sus mejores trucos sobre el riel. “Lucio” se saca de la manga un boardslide, un noseslide, crucket, tailslide y por último un lipslide.

Se intercalan las pasadas y el “host” (anfitrión) del evento, Johan Carrera, anima al segundo competidor jugando con su nombre: “Napo... ‘mata’”, dice mientras el skater se apresta a dominar el riel; coge vuelo y en el trayecto Johan lanza un: “¡Te fuiste!”.  Napo definitivamente “mató” con un 360º shovy y un switch BS boardslide y se llevó el duelo. 

“Siempre creo que cuando estoy sobre la tabla tengo que dar el  todo por el todo. Yo empecé desde los 9 años, me trajo mi ñaño. Lo más divertido son los spots, porque se encuentran tubos de bajada y escalones. Sobre la baranda hice un switch, que consiste en darle con el pie izquierdo, el menos hábil”, señala Napo, para luego virarse la  gorra, despojarse de la camiseta que cubre una BVD e irse a “rampear”.

Por su parte, “Lucio” es uno de los que ha tenido la oportunidad de viajar a otros países. “El año pasado acá hubo un concurso, lo gané y me fui a EE.UU., Nueva York. El 19 de agosto estuve en el Mundial en Manual  Manny Manía de Red Bull. Allá concursé y de 32 países dejé a Ecuador en el 15, solo”.

Manual es una modalidad en la que  todo es equilibrio en dos ruedas. “Cuando era pelado sentí las ganas de hacer algo, pasear por la ciudad..., entonces un amigo (Andrés Felipe) me regaló una tabla y comencé a ‘rodar’, conocí a los muchachos y ahora estoy acá. Aquí no es que nadie te enseña, todos aprendemos de todos”, asegura.

Los 113 skaters que se encontraron en el parque Amarillo llegaron para apoyar la causa de la construcción de un skatepark.

Adrián Checa es uno de los organizadores. “El lugar ideal al que fuimos con los del Municipio para hablar sobre la construcción es el parque de la Coviem, nos reunimos con la gente de proyectos específicos de allá, pero no quedó en nada porque siempre andan cambiando. Entonces nos reunimos para hacer este evento y hacer notar  que somos muchos. Son más o menos 113 en el sur, pero el ‘Día del Skate’, el pasado 21 de junio, contabilizamos como 500 en todo Guayaquil... y la cifra crece”, asegura.

La idea de la agremiación del sur es que, en el parque que se construya,  se pueda contar con  otros elementos diferentes a los del único skatepark de la ciudad -el que está ubicado frente a Mall del Sol- para que puedan mejorar su técnica.

“Nosotros colaboramos dando asesoramiento en la pista del Mall del Sol y sabemos de esto; además, yo hago rampas de madera, la que ven aquí la elaboré yo. Como  no tengo dónde ponerla, la tengo guardada en la casa”, dice para luego entrar en detalles: “Antes había el Lado B, en Urdenor; y otro de rampas de madera vía a la Costa, que yo construí, pero ya no existen. Ahora solo tenemos spots (puntos) donde hay tubos empotrados y rampas que armamos y desarmamos, pues es prohibido patinar en zona regenerada y hasta nos pueden llevar presos”.