Dejó “chinos” a los “fans” con sus arriesgados saltos
Los pilotos hacían “planear” sus motos en el aire, y cuando parecía que no llegaban al borde de la rampa final, imprimían un último esfuerzo para toparla con las llantas, haciendo que el público, que se dio cita en el coliseo Rumiñahi, expulsara un largo suspiro de alivio.
Por segunda temporada consecutiva se realizó la Copa Mitad del Mundo Freestyle Motocross Ecuador 2011. El año pasado, la Plaza de Toros fue el escenario y por esa razón el recibidor, donde aterrizan las motos, era de tierra.
Esta vez en el interior del lugar se dispuso una rampa metálica para que los participantes hicieran sus mejores maniobras.
Gorras con visera plana y buzos con capucha parecía ser la moda impuesta por los pilotos, antes de empezar la competencia, la cual fue imitada por los fanáticos.
El escenario era sencillo, pero contaba con la seguridad necesaria para este tipo de eventos. Las torres de iluminación, con luces de distintos colores, estaban al inicio y al final del recorrido y eran identificadas con cintas rosadas fluorescentes, para que los pilotos en la pista las pudieran reconocer con facilidad.
Música de Linkin Park, Limp Bizkit y Foo Fighters creaban más expectativa; cada vez que un tema terminaba los asistentes pedían que empezara la acción en la pista. “En diez minutos comenzamos”, anunció el presentador, para tratar de tranquilizar a los impacientes espectadores.
“Vine el año pasado y estuvo increíble. Los saltos, las maniobras y hasta las caídas lo llenan a uno de adrenalina; ojalá hoy (el sábado pasado) esté mejor. La pista se ve excelente”, dijo Juan Arévalo, aficionado al motocross, en cualquiera de sus disciplinas.
La gente se acomodaba para observar mejor el espectáculo. Algunos desde los costados y otros de frente. A la distancia se escuchaba cómo los pilotos calentaban sus motos, y cuando las luces se apagaron ganaron presencia, al igual que los gritos de los aficionados.
Uno detrás de otro salieron los motociclistas, acelerando a tope sus vehículos y saludando a sus fans.
Los participantes tenían la oportunidad de demostrar sus destrezas en tres rondas. En la primera podían hacer sus maniobras libremente, en la segunda los saltos eran calificados por el jurado, al igual que en la tercera, pero en ésta también se veía la conexión con el público.
Derek Cook de Estados Unidos, los mexicanos Michel Fenollar y Álex Cervantes, los colombianos Iván Ospina y Julián Gómez, el chileno Marco González y el ecuatoriano Sebastián Donoso fueron los seleccionados para la Copa.
El piloto local, considerado el primer y único rider del Ecuador, regresó al país para este evento, pues se entrena en México. Con una bandera tricolor colgada en su cuello salió en su motocicleta para que la gente lo pudiera identificar, antes de empezar a competir.
La primera ronda fue como un calentamiento para lo que se vería más tarde. El primero en salir a escena fue Ospina, cuyos trucos no pasaron desapercibidos por la afición. El colombiano estuvo preciso y no tuvo ningún problema en sus aterrizajes. Así pasaron uno a uno los pilotos, para que la gente lograra identificarlos y eligiera a sus favoritos. Entre ellos destacaron González, que al final fue el ganador, Gómez el piloto más joven con 18 años, y el mexicano Cervantes. Donoso, por su condición de dueño de casa, también tuvo un gran acercamiento con la gente.
La segunda ronda estuvo más cargada de emociones que la primera, porque los pilotos empezaron a sacar lo mejor de su repertorio. En una de esas acciones arriesgadas, Cervantes sufrió un accidente que puso en alerta a sus compañeros y a la gente en las gradas.
El mexicano, días antes a la prueba, aseguró que una de sus especialidades era el “back flip” (giro completo hacia atrás) y en el evento la gente lo pedía. En la segunda manga efectuó su maniobra.
En el aire, Cervantes completó el giro, pero no pudo ubicarse de manera correcta, por lo que al aterrizar sufrió una caída.
De inmediato se acercó una cuadrilla de primeros auxilios para ver la dimensión de lo sucedido y luego de un par de minutos lo sacaron en camilla. Luego el piloto apareció caminando, pero con dificultad, y se dirigió a los aficionados para decirles que estaba bien pero que no participaría más en la noche.
Después apareció González, más conocido como el “Chino”, que de a poco se ganó a la gente con sus arriesgadas piruetas.
Otro que se metió al público en el bolsillo fue Gómez, que a pesar de su juventud, demostró ser más arriesgado que los experimentados. Una y otra vez pidió a la gente que se levantara y gritara a su favor.
El chileno y el “cafetero” se veían como los más opcionados y el público los respaldaba cada vez que ambos salían a la pista. Eran los más jóvenes entre los participantes, pero no se notaba miedo en ellos, ni impericia en sus acciones.
Por esa razón, al final González y Gómez se ubicaron en el primer y segundo lugar, respectivamente.