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De Quito a Buenos Aires: Viaje a fuerza de pedales

 De Quito a Buenos Aires: Viaje a fuerza de pedales
31 de mayo de 2011 - 00:00

“No son las súper bicicletas. El súper debe ser uno, que tiene que pedalear 100 kilómetros diarios”, dice en serio y en broma Diego Lascano, uno de los tres ciclistas que el próximo 31 de julio partirán desde Quito con rumbo a Buenos Aires, en un viaje en bicicleta  de 8.600 kilómetros, que   durará seis meses hasta el sur del continente.

La consigna de Diego, junto con Michelle Alencastro y Alejandro Gálvez no es solo la deportiva. Profesan  un mensaje en contra del abuso animal y en pro de la lucha por sus derechos; además, quieren que sus esfuerzos se vean recompensados. Por cada kilómetro que recorran desean  obtener un dólar de la empresa privada y donarlo a la entidad Protección Animal Ecuador (PAE).  “A 8.000 km de un sueño” es el eslogan de su travesía.

No son ciclistas profesionales, pero ir sobre dos ruedas se ha convertido en su forma de vida. Por ejemplo, Alejandro se moviliza siempre en bicicleta y cuenta que ya no se estresa en buses ni carros y que desde su asiento ha descubierto muchas cosas de la ciudad.

Con la decisión tomada, desde enero pasado empezaron a prepararse en la parte física. “Debemos entrenar más, pues el recorrido es muy exigente;  al día tenemos que pedalear 6 ó 7 horas. Vamos a distintos lugares cercanos como Cumbayá, el Chaquiñán, Mindo o Latacunga”, cuenta “Alejo”, como lo conocen sus amigos.

Michelle es una ciclista nueva, que lleva pocos meses en esta práctica y admite que los primeros días serán duros. “Hemos tomado clases de cycling para pulir la técnica y ganar resistencia, además para que el corazón tenga más fuerza”, afirma.

El recorrido se iniciará en Quito y luego bajarán por toda la región interandina hasta llegar a Loja y luego a Macará, antes de pasar al segundo país que visitarán.  En Perú recorrerán Chiclayo, Trujillo, la Cordillera Blanca, Cuzco, Puno, para después entrar a Bolivia por La Paz, Cochabamba, Oruro,  Sucre, Potosí, donde quieren pasar por el Salar de Uyuní, el más grande del mundo, y Santa Cruz de la Sierra.

Después subirán hasta Brasil por el estado de Mato Grosso del Sur, departamento ecoturístico por excelencia, para después bajar al estado de Paraná y dirigirse a la Boca del Iguazú. Desde ahí cruzarán hacia Paraguay, entrando por Ciudad del Este, para llegar a Asunción.

Para terminar, bajarán desde Paraguay hacia Argentina, entrando por el norte, desde Corrientes, Santa Fe, Rosario y Buenos Aires, lugar en el   terminará el recorrido y desde donde esperan retornar en avión.

Michelle, la menos experimentada, tuvo algo de resistencia cuando le habló a su familia sobre el largo viaje; pero al final terminaron por apoyarla. “Estaban preocupados, pero a medida que vamos organizando todo, están más tranquilos y me respaldan”, cuenta.

La logística, la ruta y  el estado físico están casi al 100% y  esperan que llegue la fecha para partir. Sin embargo, existe un aspecto que solo se revelará con el pasar de los días y los kilómetros en el asfalto: cómo será la convivencia entre los tres.

“Este factor  va  a ser bastante duro, porque me toca aguantar a este par”, dice Alejandro en son de broma; pero luego retoma la seriedad y comenta: “Las decisiones que tomemos deben ser siempre democráticas; tenemos que   hablar mucho. Hay que ser abiertos al diálogo”.

Para Diego existen tres posibilidades cuando se realizan estos viajes: la primera, que terminen el recorrido sin problemas y se unan más que antes; la segunda es que se peleen en medio camino y no cumplan la meta; y la tercera es que lleguen al final de la travesía, pero terminen odiándose para siempre.

“Somos un grupo de amigos y debemos comunicarnos siempre. No hay que guardarse nada y decir cuando las cosas estén mal”, afirma Diego, músico de 30 años.

Otro aspecto  fundamental es la carga que debe llevar cada uno para poder sobrevivir durante el trayecto. En lugar de cargar la mochila o guardar el equipaje en alforjas a los costados de las ruedas, llevarán un remolque pequeño, en el que cada uno llevará sus pertenencias.

Ropa, alimentos, agua, sleeping bags, repuestos, carpa, entre otros elementos serán cargados en el remolque de cada ciclista (especie de carrito con ruedas que está unido a la llanta trasera de la bicicleta por dos  barras de metal).

En su página www.pedalalsur.com registrarán sus vivencias. Les resta exactamente dos meses para salir y de a poco ponen todo a punto hasta que llegue el momento. Su consigna como bandera será el impulso para llegar a Buenos Aires, su última parada.

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