Aunque pocos lo notaron, el último sábado, algunas jugadoras de Deportivo Quito saltaron a la cancha del coliseo Julio César Hidalgo con rastros de llanto. Llanto alegre, claro, acababan de escuchar las palabras de aliento de las personas que más aman y se sentían muy motivadas. Esa noche confiaban en superar a Leonas de Riobamba.

Y es que cuando ingresaron al camerino el entrenador, Paúl Beltrán dio paso a un video que editó Juan Pablo Torres, el fotógrafo del club, y que nació de la iniciativa del periodista Radial Patricio Javier Díaz, con la colaboración de la asistente técnica María José Vinueza.

En ese video, los esposos, los padres, los hijos... de las jugadoras les extendieron sus parabienes y las arengaron a triunfar. También se incluyó una parte de la historia de Deportivo Quito, incluidos sus cinco títulos nacionales a nivel de fútbol.

“Yo trabajo mucho en eso, la motivación es fundamental en mis equipos”, indica Beltrán, quiteño de 40 años de edad, quien este año volvió a la dirección técnica, luego de un retiro que duró cuatro años.

Lo curioso es que se animó a retornar porque, en un principio, todo este proyecto se articuló en función de Liga de Quito, la institución de sus amores y a la que sigue casi toda su familia. Además, al frente estaba Patricio Pozo, un viejo conocido con quien laboró en el club de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE); Pozo era el director deportivo del combinado de los dos hemisferios.

Pero como la ‘U’ le retiró el respaldo a la gestión de Pozo, el ente ‘azulgrana’ se sumó y las basquetbolistas pasaron a defender la divisa ‘Chulla’.

Un aspecto que contribuyó al cetro ‘azulgrana’, está convencido Beltrán, es el apoyo permanente de la barra organizada del elenco de la Plaza del Teatro, que, prácticamente, se convirtió en el sexto elemento de la entidad.

“Tal vez como Liga Deportiva Universitaria no hubiésemos tenido ese respaldo; los hinchas del Quito se comportaron a la altura”, reconoce el instructor, quien lamenta las agresiones verbales de las que fueron objeto sus dirigidas en el primer play off de la final, escenificado en el coliseo Teodoro Gallegos Borja de la capital de Chimborazo.

Con la importancia del apoyo de la barra ‘azulgrana’ concuerda la alera Vicky Morales, quien en sus 19 años de trayectoria nunca se sintió tan local como en el coliseo Julio César Hidalgo.

Tampoco vivió algo tan conmovedor como aquel video dentro del camerino; nunca olvidará los mensajes de amor y admiración que recibió de su hija Victoria Solano (cinco años) y de su sobrino, Juan Fernando Morales (tres años).

Vicky, quien debutó en el básquet de élite a los 13 años de edad en la UTE, conoce desde hace tiempo a Beltrán, en quien reconoce un estratega capacitado y motivador.

Morales (32 años), perdió la cuenta de los cetros que ganó con el plantel meridional, pero calcula que el de 2017 es el décimo; es especial porque es el primero que consigue con otro club. En 2005 militó en ESPE, en 2012 en el Cosmos de Guaranda y en 2016 en el Victoria de Quito, pero no alcanzó lauros.

Con el campeonato que acaba de certificar, el timonel suma cinco cetros en competencias ecuatorianas interclubes femeninas, aunque destaca como lo más relevante de su carrera el subcampeonato sudamericano de 2009 a la cabeza de UTE.

A escala masculina, fue campeón con Importadora Alvarado de Ambato en 2012, en condición de asistente técnico de John Escalante.

En 2017 contó con una plantilla muy competitiva, en la que sobresalieron las estadounidenses Danielle McCray, exjugadora de la WNBA; Brianna Banks, figura en el torneo interuniversitario de su país, y la seleccionada jamaiquina Yanique Gordon.

Con ellas trabajaron las experimentadas nacionales Vicky Morales, Anabel Barahona, Liliana Angulo, Dayanna Salcedo, etc.

Patricio Pozo, coordinador de baloncesto en la ‘AKD’, expresa que el equipo demandó una inversión que superó los $30.000; en 2018 aspiran a ser protagonistas en la Liga Sudamericana. (I)