El colombiano Carlos Mosquera CONOCIÓ A BILL Clinton GRACIAS A ESTA PROFESIÓN
Los caddies representan el complemento técnico y anímico de los golfistas
Jesenia Chávez suele liberarse de la frustración llorando. Un golpe mal ejecutado o un lanzamiento impreciso puede ser un detonante de lágrimas. Los errores de su compañero en el campo de golf los siente como propios. Jesenia es caddie, la persona que asiste a un golfista durante la práctica de su deporte.
“Yo me molesto igual que ellos porque siempre me contagian sus frustraciones y trabajamos juntos para rescatar su juego”, admitió la esmeraldeña de 35 años.
A ella puede vérsela habitualmente recorriendo y analizando el campo del club Arrayanes, en Quito. Ahí es caddie principal del golfista Gustavo Ramos, quien participó en el All You Need is Ecuador Open que finalizó este fin de semana en la capital. Pero en este certamen asistió al argentino Franco Romero.
“Hemos tenido una gran química con Franco, es un gran chico, muy amable. Me pregunta sobre la vida en Ecuador y sobre el golf en el país”, manifestó Jesenia, quien lleva 8 años como auxiliar.
“Ser caddie es algo hermoso. Me siento orgullosa de realizar este trabajo porque he aprendido bastante y con mucho esfuerzo he crecido en el mundo del golf”, destacó Jesenia.
Sus hijos José Miranda, de 13 años, y María Miranda, de 10, llevan al golf en su ADN. Siempre se entusiasman con el trabajo de su madre y le preguntan cómo estuvo su día. Ella labora los fines de semana, cuando llega al club capitalino.
“Se divierten cuando les llevo al club. Tengo una pequeña colección de pelotas de golf en la casa y ya me han roto varias ventanas”, contó con una sonrisa en su rostro.
Mosquera conoció a Bill Clinton
Para el colombiano Carlos Mosquera, de 34 años, lo mejor de ser caddie en el golf es el ambiente de los torneos, estar rodeado de naturaleza, los lugares diferentes y también conocer gente nueva.
Recordó que hace 2 años en un torneo del circuito Web.com de la PGA (Asociación de Jugadores de Golf), desarrollado en el Country Club de Bogotá, conoció a Bill Clinton, presidente de Estados Unidos entre 1993 y 2001.
El norteamericano llegó para dar el puntapié inicial y disputar una ‘mini ronda’ a 6 hoyos con el mandatario colombiano Juan Manuel Santos. “Nunca me imaginé conocer a ese tipo de personajes mundiales. Cuando se desplazaban por los ‘greens’, ‘fairways’ y ‘tees’ de salida, los seguían como 200 personas”, dijo Mosquera, quien reconoció que ninguno de los 2 tenía cualidades para ser golfista. “Jugaban muy mal”, bromeó.
En el noveno torneo de la gira latinoamericana del PGA Tour, asiste al estadounidense Jordan Russell, con quien trabajó años atrás en un torneo en Bucaramanga, Colombia. Se contactó con él vía Whatsapp y acordaron trabajar juntos en Quito. Ahora tiene la ilusión de viajar como caddie al Abierto de Brasil en Río de Janeiro, que se desarrollará entre el 3 y el 9 de noviembre, y disfrutar de las playas ‘cariocas’.
La actitud es clave para triunfar
Al finalizar el hoyo 9 en la jornada del viernes pasado, el asistente Darío Logacho y el golfista canadiense Robbie Greenwell se felicitaron entre sí. Había completado en 4 golpes un hoyo de 435 yardas. A inicios de esta semana se conocieron y hubo una conexión inmediata. “Ahora ya existe una confianza mutua”, dijo el caddie de 24 años.
Para destacarse como caddie, Logacho afirmó que no solo hay que cargar los palos y caminar junto al deportista, sino generar confianza para que se sienta seguro de su juego. “Hay que saludarlos, conversar con ellos durante la ronda y siempre mantener una mente abierta y ser flexible a las recomendaciones”, evaluó el sangolquileño, quien lleva 12 años en esta labor.
Es caddie de primera categoría, por ello pudo formar parte del All You Need is Ecuador Travel Open y ser tomado en cuenta por Héctor Bolagay, uno de los ‘tricolores’ que participó en el certamen.
Fue su caddie durante la clasificación del Ecuador Open y a lo largo del Abierto del Club Los Chillos, desarrollado entre el 12 y 14 de septiembre, donde Bolagay fue el triunfador. Son vecinos en Sangolquí y se conocieron gracias al hijo de Héctor. “Me dijo un día: ‘Negro’, quiero que trabajes conmigo en este mes incluida la clasificación del torneo PGA, y acepté enseguida”.
Darío Logacho disfrutó la convivencia con el monarca del Abierto del Club Los Chillos; porque al inicio de la última ronda Bolagay estaba 4 golpes por detrás del líder José Khamis, pero en la jornada dominical finalizó con 67 golpes, -5 bajo el par de la cancha de 72 y superó por 3 golpes a Khamis.
“Me dijo que con fe íbamos a ganar y lo hicimos”, contó Logacho antes de poner los instrumentos en orden.